Muchas veces los padres nos preguntamos qué ropa deben llevar los niños a la escuela. A menudo esta pregunta surge poco antes de comenzar las clases, a menos que en el colegio se nos brinde un uniforme específico -lo cual nos saca de muchos apuros-. Debemos tener en cuenta que la ropa adecuada puede influir en muchos aspectos del niño, por lo que no debemos dejar este punto librado al azar.

En la Argentina, el preescolar, también conocido como sala de cinco años, es obligatorio. En febrero de este año, el presidente de los Estados Unidos anunció la intención de dar a las familias en todo el país el acceso universal al kindergarten, aunque el programa ya está en marcha en algunos estados como Georgia.

Muchas veces las noticias nos sobresaltan, aunque sean de latitudes muy distantes; terremotos, inundaciones, ciclones y huracanes, tsunamis, derrumbamientos, sequías. Nuestro planeta está en estado de alerta, nos envía señales de auxilio, que parecen por momentos no ser escuchadas. Lugares donde antes abundaba la vegetación, hoy son páramos desiertos; los polos se derriten a pasos agigantados, escurriendo las esperanzas de un futuro prometedor. Nuestro planeta tiene las venas abiertas, parafraseando al escritor Eduardo Galeano, se desangra a cada instante, en cada vuelta que gira alrededor del sol.

Ya sea porque han tomado como padres la decisión de sólo tener un hijo, o porque el destino así lo quiso, criar un hijo único puede presentarte algunos desafíos distintos. Según los especialistas, los hijos únicos suelen ser bastante perfeccionistas, con gran capacidad de organización y ansiosos por alcanzar metas bastantes difíciles. Al mismo tiempo, suelen ser muy divertidos, con una gran mente creativa y bastantes egocéntricos. Si eres padre de un hijo único, o planeas serlo, aquí encontrarás algunos consejos para una crianza feliz de un hijo único.

Hay épocas en las que nuestros hijos deciden no hacernos caso, ya sea porque solo quieren hacer su voluntad o porque quieren llevarnos la contraria. Frente a esta situación no podemos quedarnos de brazos cruzados, ya que si lo permitimos en repetidas ocasiones la situación se nos puede salir de las manos.

El miedo al fracaso suele paralizarnos, suele tender telarañas invisibles donde quedamos atrapados en pensamientos negativos acerca de aquellas cosas que deseamos lograr. Para los niños puede ser un desafío aún mayor. Y lo digo con conocimiento de causa.