Debería ser fácil para todas darnos cuenta si realmente tenemos hambre, pero a menudo no es tan fácil. Así que muchas cosas pueden pasar por hambre y hacerte tomar un aperitivo antes de darte cuenta que físicamente no necesitas uno. "Muchas personas luchan con el hambre, confundiendo el deseo de comer con la necesidad de comer", dice Michelle May, MD, fundadora de Am I Hungry?, un programa para comer de forma consciente y autora del libro Eat What You Love, Love What You Eat.

Aunque muchas se horrorizan con solo escuchar la palabra “grasa” en relación a la dieta, lo cierto es que las grasas monoinsaturadas, un alimento básico en la dieta mediterránea, es la "grasa buena" que en realidad puede ayudarte a perder peso, mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control, disminuir el dañino colesterol LDL y mucho más.

¿Te preocupa que tu hijo no se alimente bien? De una buena alimentación depende, en gran parte, que tu hijo crezca sano y fuerte. Es por ello que hoy te contamos un par de secretos para hacer que tu hijo coma.

La alimentación no termina cuando tu plato está vacío -más bien, comienza-. Por este motivo, y para asegurarnos de que este proceso concluya de la mejor manera, es fundamental que te prestes más atención después de las comidas. Hay varios tips que puedes poner en práctica para potenciar tu bienestar durante la digestión. ¡Mira!

Tu plato está vacío y tú a duras penas puedes mantener los ojos abiertos: la modorra ha llegado -otra vez-. Y es que es automático, cada vez que terminas de comer, te asaltan unas GANAS de dormir la siesta... La pregunta es, ¿a qué se debe este cansancio?

Muchas veces cuando vamos al supermercado y vemos que no tendremos tiempo para darle una merienda en casa a nuestros hijos (o nosotras mismas), compramos un jugo en caja, pensando que “por lo menos estamos consumiendo frutas”.