Para quienes elegimos ir por el sendero «del bien» a veces el recorrido puede volverse un poco «incomprensible» para quienes lo ven de afuera. Principalmente cuando se trata de tomar decisiones saludables, ya que adoptar hábitos alimenticios saludables sí requiere de mucha voluntad y sacrificio, dos condiciones que muchas personas se niegan a cambiar por el sabor de una tableta de chocolate o de unas papas fritas.

«Hago las 4 comidas al día que se recomiendan, consumo solo alimentos saludables, tomo al menos 1 litro de agua por día, salgo a correr 3 veces por semana, a veces hasta 4, no comprendo qué es lo que funciona con mi cuerpo… tendré que consultar con un especialista».

Algunas personas cuando se proponen bajar de peso se sienten confundidas y hasta un poco perdidas en el complejo mundo alimenticio.

Seguirle el ritmo a los alimentos saludables que se ponen de moda y a las dietas que parecen develar el verdadero misterio de la pérdida de peso puede ser todo un desafío. Cada año (si no es cada mes) aparecen nuevas tendencias que aseguran ser las dueñas de la fórmula mágica para adelgazar y para adoptar hábitos alimenticios sanos de por vida.

Lo has intentado todo: la dieta paleo, la dieta de la galleta, la dieta del té y aún así no encuentras la solución para perder peso. Lo que nunca notaste es que el problema estaba justo delante de tus ojos (o mejor dicho, en tu boca): la palabra "dieta". Las dietas son hábitos alimenticios "saludables" que adaptamos por un determinado tiempo para adelgazar, pero lo que no tenemos en cuenta es que hay algunos hábitos que debemos mantener si queremos ver resultados reales.

La buena alimentación es la base de una vida saludable. Hoy en día, la ciencia nos recuerda a diario que consumir determinada cantidad de frutas y verduras nos puede ayudar a evitar enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.