En Washington DC se estableció un toque de queda con el fin de que no se repitan los desmanes registrados este fin de semana durante las protestas por la muerte de George Floyd. La medida se da a la par de una nueva polémica de Trump, quien amenazó con enviar militares a los estados que, según él, no garanticen la protección de la propiedad privada en medio de las movilizaciones.

"No cabe duda de que el país necesita escuchar cuanto antes mensajes de reconciliación y de aliento para frenar la violencia, garantizar justicia en la muerte de Floyd y dar la esperanza de que, entre todos los estadounidenses de buena voluntad, superaremos esta agobiante crisis nacional como en el pasado se superaron otras todavía más graves".

Además del exconvicto político, estaban otros manifestantes que lanzaron consignas como “¡A descolonizar nuestra Nación!” y “No más colonia”, mientras levantaban presentaban la bandera de la isla, pero de franjas negras en motivo de luto.

Durante una conferencia telefónica, Trump instó repetidamente a los gobernadores de todo el país a "dominar" a los manifestantes, arrestarlos y ponerlos tras las rejas, según dijo al diario The Washington Post un funcionario familiarizado con los comentarios del presidente y que habló bajo la condición de anonimato.

Atrincherado en la Casa Blanca, el presidente echa gasolina al fuego de las protestas callejeras a causa de la muerte de George Floyd a manos de la policía, incentivando la división y culpando a los demócratas de la peor violencia vivida en el país en décadas.