El 1 de septiembre entra en efecto en el estado la legislación que penaliza el aborto pasadas las seis semanas de gestación. Adriana Piñón, abogada de ACLU, explica que “leyes que prohíben el aborto en este punto del embarazo son anticonstitucionales”. “Nosotros tenemos la esperanza de que la Corte reconozca el riesgo grave que esta ley representa a los derechos constitucionales del los texanos”, agrega.

Organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres presentaron una petición de emergencia a la Corte Suprema para intentar bloquear la ley que penaliza el aborto en Texas después de las seis semanas de gestación, incluyendo a víctimas de violación o incesto.

La nueva ley entra en vigor este 1 de septiembre. Conocida como “ley de latidos del corazón”, se autoriza a los ciudadanos a demandar a quienes realizan abortos en mujeres con seis semanas de embarazo.

Activistas y organizaciones civiles reaccionaron a la recién aprobada ley Heartbeat, la cual prohíbe la realización de un aborto en Texas a partir de que un profesional de la salud detecte un latido del corazón, el cual puede registrarse a partir de las seis semanas de embarazo.

La fiscal general del estado declaró que ha llegado el momento de que los magistrados descarten los precedentes legales que garantizan el derecho de las mujeres al acceso al aborto antes de la viabilidad fetal, que se da sobre las 24 semanas. La restricción de Mississippi prohíbe casi todos los abortos posteriores a las 15 semanas de embarazo.

Una coalición de organizaciones demandó la ley antiaborto de Texas para evitar que entre en vigencia en mes y medio, el 1 de septiembre. De implementarse, permitiría casi a cualquiera denunciar a personas por realizar o motivar a otros a hacerse un aborto. Los activistas creen que este nuevo intento por acabar con Roe Vs. Wade tiene un nuevo componente: el miedo. Aseguran que sus consecuencias pueden ir más allá de un intento por acabar con el aborto en un estado.