Las autoridades y los medios de comunicación tienden a normalizar la violencia de género culpando a las víctimas, mientras destacan los logros, ocupaciones y pasatiempos de los feminicidas, para minimizar su responsabilidad en los crímenes que cometieron.

Tras el hallazgo del cadáver de una joven de 22 años con un cable de teléfono alrededor del cuello en un campus de Ciudad de México, la Procuraduría General de Justicia informó de que la víctima estaba "alcoholizándose y drogándose", y de que "ya no estudiaba".

El miércoles 4 de mayo una mujer fue asesinada. Encontraron su cuerpo en los jardines de Ciudad Universitaria, el campus principal de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El cadáver de una mujer fue hallado en los jardines aledaños al Instituto de Ingeniería en Ciudad Universitaria. De acuerdo con los reportes, el cuerpo estaba atado a la caseta de un teléfono público y ahorcada con el cable de éste, por lo que no se descarta el feminicidio como línea de investigación.

Nabila Rifo revivió en el juicio la brutal golpiza en la que su expareja Mauricio Ortega le sacó los ojos, le fracturó varios huesos y la dejó sin dientes. El hombre fue condenado este martes a 26 años de prisión, una sentencia ejemplar para un caso de violencia de género en Chile.

El caso de Nabila Rifo, una mujer de 29 años y madre de cuatro hijos, conmocionó a Chile. Su marido le propinó una paliza, le sacó los ojos, le fracturó varios huesos y le dejó sin dientes, pero este martes en una sentencia ejemplar en el país fue condenado a 26 años de cárcel.