Sororidad para destruir el odioso mito "mujeres juntas ni difuntas"

Necesitamos sororidad. Las mujeres no necesitamos vernos las unas a las otras como rivales, no somos competencia.

Durante mucho tiempo yo fui de las que juzgó a otras mujeres por su apariencia, hablé mal de ellas por ejercer libremente su sexualidad, las juzgué por su forma de pensar, de hecho era de las que alardeaba con que "las mujeres son unas perras, yo por eso puros amigos hombres".

Ya no, con el tiempo me di cuenta de que la competencia entre nosotras es una forma que tiene la sociedad machista para mantenernos separadas.

¿Han escuchado el dicho de "divide y vencerás"?

No me malinterprenten, no digo que todas tenemos que ser amigas, eso es imposible. Es más, no todas tenemos que caernos bien, lo que digo es que la sororidad implica un pacto entre nosotras, en donde dejemos de juzgarnos, de criticarnos, dejemos de ser competencia unas con otras. Un pacto de respecto y soporte.

En  palabras de Marcela Lagarde, la sororidad es la alianza feminista entre las mujeres para cambiar la vida y el mundo con un sentido justo y libertario.

En lo cotidiano, la sororidad es esa complicidad que tejemos entre mujeres y que nos ayuda a enfrentar los embates de la violencia machista y sobrevivir en este mundo depredador.

A nivel lingüístico, la palabra sigue el mismo patrón que fraternidad, cuya raíz latina es "frater" (hermano), pero en este caso la raíz sería "soror" (hermana), aludiendo así a la relación entre iguales de las personas de sexo femenino. 

Nos enseñaron a competir entre nosotras, a juzgar los comportamientos de las demás. 

Por todo esto es tan difícil dejar de sabotearnos entre nosotras, pero poco a poco podemos romper nuestras propios comportamientos machistas y seguir luchando y aprendiendo sobre sororidad.

Si aún no te queda muy claro cómo puedes ser sororaria, puedes aprender con estos sororitips:

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#2 

#3 

# 4

#5

#6 

#7

#8