Algunas familias ya han podido dar el último adiós a sus seres queridos, mientras que otras siguen esperando a que les entreguen los cuerpos. El agresor sigue en una cárcel del condado aislado del resto de reos.

El presidente no pudo mantener por mucho tiempo la convocatoria a abandonar el "partidismo destructivo" para que el país se recupere de las masacres de El Paso, Texas, y Dayton, Ohio. Ni siquiera el día que visitó esos lugares pudo contener su verbo sectario y ofensivo.

La medida busca que el gobernador de Texas, Greg Abbott, convoque una sesión especial y dirija a las legislaturas estatales a aprobar un plan de acción.

En un informe elaborado por The Washington Post, el jefe de la NRA, Wayne LaPierre, advirtió al presidente que no apoyaría una iniciativa de proyecto de ley sobre la verificación de antecedentes que es impulsada por los senadores Pat Toomey y Joe Manchin. Desde la noche del domingo la Casa Blanca inició una campaña para que la compra de armas sea más estricta.

Mientras que las familias se preparan para despedir a sus seres queridos, el memorial por las víctimas en El Paso es visitado por cerca de 3,500 personas al día y se espera que el fin de semana aumente.

El cuerpo de Elsa Mendoza Márquez, de 57 años, es el primero de las víctimas mexicanas de la masacre en volver a su país natal. Cruzó el puente internacional el miércoles en una carroza negra para llegar a la capilla donde le esperaban familiares y amigos.