Cámaras de seguridad de los establecimientos afectados en la Zona Metropolitana del Valle de México muestran a varios grupos de jóvenes llevándose, de manera violenta, televisores, celulares y otros tipos de artículos electrónicos. Las autoridades señalan que ya han sido detenidas 73 personas y que las áreas más afectadas por este flagelo son los municipios de Ecatepec, Naucalpan y Tultitlán.

La petición fue presentada ante un panel de jueces federales y contempla que reclusos no condenados por crímenes violentos puedan salir de las prisiones del estado, todo con el fin de evitar la propagación de la enfermedad en estos lugares. Por su parte, el fiscal general de EEUU, William Barr, sugirió al buró de penitenciarías confinar en casa a los reos considerados vulnerables.

La incertidumbre embarga a miles de inmigrantes que, a pesar de que pagan impuestos, no podrán acceder a las ayudas del gobierno para hacerle frente a la crisis que ha desatado la pandemia del coronavirus. Sindy Benavides, presidenta ejecutiva de LULAC, aseguró que se está ejerciendo presión sobre algunos líderes políticos para que todas las personas, sin importar su estatus migratorio, pueden tener acceso a los auxilios.

El mandatario aseguró que muy pronto empezará a quitar las medidas impuestas para poder reactivar la economía y envió una carta a los gobernadores de todo el país en la que indicó que pronto recibirán guías de cómo “flexibilizar las reglas actuales”. Por su parte, médicos de los estados más afectados por la pandemia advierten que esta enfermedad puede cobrar más vidas que los atentados del 9/11.

El estado de Nueva York ya registra cerca de 37,000 infectados, de los cuales 5,000 se encuentran hospitalizados y 1,200 en cuidados intensivos. Ante la emergencia sanitaria, Trump informó que un buque naval saldrá este sábado de Virginia para asistir las ciudades del país más afectadas por la pandemia y, desde el Pentágono, el general Charles Flynn aseguró que tres embarcaciones que cuentan con 650 profesionales de salud del Ejército zarparán con la misma misión.

Más de 100 voluntarios en la ciudad de Medellín, entre los que hay ingenieros mecánicos, bioquímicos y electrónicos, se unieron a un grupo médico para crear el prototipo. "Estamos corriendo contra el tiempo y no dormimos para cumplir esta misión", aseguró Mauricio Toro, el líder del proyecto. El respirador está hecho en impresoras 3D, su tiempo de producción es menor en comparación al de uno tradicional y cuesta cerca de 2,500 dólares, frente a los 21,000 dólares de los actuales.