La ciudad lanzó un portal en internet en busca de empresas y organizaciones locales que tengan la capacidad para producir los tapabocas de tela que cuenten con las especificaciones dadas por la organización Kaiser Permanente. La iniciativa se enfoca, principalmente, en el cuidado de empleados de supermercados, restaurantes y conductores de reparto, ya que son ellos los que más contacto tienen con la comunidad.

Con anuncios fraudulentos en los que prometen detectar la enfermedad en pocos minutos, delincuentes aprovechan la emergencia originada por la pandemia para hacer de las suyas. Expertos médicos advierten que no hay sitios certificados en la red para vender las pruebas, ya que no cumplen con las regulaciones necesarias, y el gobierno trabaja por cumplir con la demanda de pacientes que desean y necesitan practicarse el examen.

El uso de guantes, máscaras y antibacteriales se ha convertido en una regla obligatoria para quienes deseen abastecerse de alimentos y para los empleados de estos establecimientos que, en su mayoría, como medida preventiva, instalaron barreras de plástico para separar a cajeros y clientes.

Luego de anunciar que General Motors se encargará de la producción de miles de estos artefactos médicos en una de las plantas de la compañía, el presidente aseguró que se han enviado miles de respiradores a Nueva York, pero “no se enteraron y no se fueron a recoger”, comentario que fue calificado por el gobernador de ese estado como “ignorante e incorrecto”. Joe Biden se refirió a esta polémica aseverando que el mandatario reaccionó tarde a la pandemia pese a las advertencias.

Ante la alarmante situación, el gobernador del estado, Andrew Cuomo, anunció que se instalarán más camas de hospitales en dormitorios universitarios y que se necesitan cerca de 160,000 más para poder atender a los que podrían enfermarse en las próximas semanas. Por otro lado, habitantes de Queens aseguran estar preocupados al ver los hospitales atascados de cientos de pacientes y claman por más ayuda para los más vulnerables.

El aparato une un medidor de presión arterial con una bomba de aire y un monitor electrónico. Los especialistas dicen que el equipo que los apoya tiene experiencia en el proceso de aprobación de nuevas herramientas médicas, por lo cual se espera que den el aval en corto plazo. "Lo importante del diseño no son los componentes electrónicos, sino que se utilizan elementos médicos que existen en el hospital", señaló la doctora Aisen Caro Chacín.