Es normal que mientras los niños son pequeños y concurren al jardín de infantes, jueguen a bajarse los pantalones como una gracia o levantarse las polleras. Y esto es porque obviamente no tienen una real noción de sus partes reproductivas y están muy lejos de asociarlas al tema de las relaciones sexuales. Aunque este comportamiento no es perjudicial, es recomendable comenzar a explicarles a nuestros pequeños que sus partes privadas son justamente eso, privadas, y deben permanecer fuera del alcance de los demás. Aquí te damos algunos consejos para enseñar a los niños a proteger sus partes íntimas.

Al empezar a escribir esta nota, recordé esos momentos en que mis hijas eran pequeñas, y yo las colocaba en la alfombrita con forma de mariposa -que era un centro de actividades- boca abajo, mientras yo realizaba otros quehaceres. "Realizaba otros quehaceres" es una forma de decir, porque la verdad que al verlas lugar con los accesorios de la alfombra, al ver el empeño que ponían para erguir su cabecita, capturaban toda mi atención.

En esta maravillosa etapa, la de los 10 a los 14 años, nuestros hijos pueden pasar de estar plenamente felices, a encerrarse en su habitación y no salir durante horas porque encuentran el mundo cruel e injusto. Pueden llegar a hacer de algún rasgo personal que no los conforma la mayor frustración de su vida, mientras que para los demás apenas es perceptible. Son absolutamente capaces de pensar como adultos, aunque aún no alcanzan la madurez para actuar como adultos. En esta etapa, es muy importante ofrecerles un fuerte apoyo para que tengan la confianza suficiente para tomar decisiones saludables para su vida. Vamos a ver algunas características generales del desarrollo en los niños entre los 10 y 14 años.

La creatividad es una herramienta que desarrollamos desde muy pequeños, que sirve en cualquier momento de la vida para solucionar algún problema o para generar nuevos proyectos. Sin embargo, no es algo que surge de la nada: la creatividad se desarrolla con el tiempo y la práctica.

El primer año de nuestros hijos es un año de cambios permanentes; luego del primer mes, cada día tu pequeño te sorprende con nuevos avances y logros; su carita también va cambiando y ya empiezas a disputar con tu pareja a quién se parece más y de quién ha heredado el color de los ojos y esa bella nariz repingadita.

Es verdad que cada niño tiene sus tiempos de aprendizaje. Por ejemplo, mientras algunos ya caminan a los once meses, otros niños no lo hacen hasta el año y medio. Sin embargo, es de mucha utilidad poder percibir algunos signos de posible retraso en el desarrollo, tanto sea en el plano emocional, mental o físico.