Las 6,000 unidades del complejo residencial Spring Creek Towers son el hogar de unas 13,000 personas en Brooklyn. Según los últimos datos oficiales, el código postal 11239, donde se ubica el complejo, es la zona con la mayor tasa de mortalidad por coronavirus en la ciudad de Nueva York.

Las medidas de confinamiento y aislamiento social no han impedido que deportistas profesionales y aficionados en todo el país continúen con sus rutinas de entrenamiento. Los atletas han hecho uso de su imaginación y de los recursos que tienen a su alrededor para mantenerse en forma.

“Las pérdidas son miles de dólares”, afirma Lenín Pinzón, dueño de un local en Bushwick cuyos clientes se redujeron en más del 90 por ciento después de la crisis por coronavirus. Como tantos otros, este propietario no califica para préstamos federales.

Han tenido que tomar el papel de maestros, terapistas y al mismo tiempo ver como proveerán a sus hijos. Esto es lo que algunos de ellos han hecho para aliviar la carga de sus niños.

En medio de aplausos, María Rodríguez de 87 años, dejó el hospital NYU Langone, en Brooklyn, tras ganarle la batalla al virus. “Yo no pensé que me iba a mejorar tan rápido”, asegura la mujer, quien resultó infectada luego de que su hija contrajo la enfermedad.

El querido sacerdote Jorge Ortiz-Garay había servido a la comunidad mexicana en la Iglesia de St. Brigid, en Wyckoff Heights, Brooklyn, por más de 20 años.