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"72 dentro del mismo cuarto": testimonios de detenidos y el miedo a contagiarse en centros de ICE

Indocumentados en centros de detención de ICE denuncian falta de artículos de higiene para prevenir el coronavirus y temen que si la pandemia entra en las cárceles, se produzca una tragedia sin precedentes.
7 Abr 2020 – 04:16 PM EDT
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El miedo a contraer el covid-19 se apoderó de los inmigrantes detenidos en cárceles de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Y también de familiares dentro y fuera de Estados Unidos. “Estamos pasando por momentos muy difíciles, con mucho temor, mucha preocupación. Estamos viendo en las noticias lo fuerte que está ocurriendo, lo que está pasando afuera. No tenemos condiciones para enfrentarnos a esto que está pasando”, dice Ana, una mujer de 26 años que lleva detenida varios meses en el centro de detención Basile ubicado en el sur de Louisiana.

Ana pidió ocultar su verdadero nombre para evitar represalias y que priven a las internas el acceso al uso del teléfono a la televisión “y no poder enterarnos de las noticias”, cuenta.

Hasta ahora la agencia federal reconoce seis casos positivos de covid-19 en Pennsylvania, Nueva Jersey y California, ninguno en Louisiana. Varios agentes también están enfermos, pero desde el viernes de la semana pasada el gobierno no actualiza el número total de agentes infectados y en qué centros laboran.

“Aquí no hay ningún tipo de condiciones, no tenemos higiene, no tenemos artículos de aseo, no tenemos ningún tipo de desinfectante”, señala Ana. “Estamos expuestas a que los oficiales que nos vigilen nos traigan la enfermedad porque están entrando y saliendo del centro. La verdad es que estamos muy preocupados”.

Univision Noticias tuvo acceso a tres audios de entrevistas grabados por el Southheast Immigrant Rights Network (SIRN) y compartidos con la organización Families Belong Together (Las Familias Permanecen Juntas) la semana pasada, donde varias internas relatan los padecimientos en el centro de detención en medio de la pandemia. Ambas organizaciones brindan ayuda y defienden los derechos de la comunidad inmigrante.

El primer aviso

Tres o cuatro semanas atrás, en el centro de detención Basile se registró un brote de influenza. “Yo estuve recientemente enferma con influenza. Fui la primera de ocho de mis compañeras en enfermarnos. Las condiciones en el puesto médico son deplorables totalmente”, relata Ana.

Dijo además que estuvo tres días sin bañarse. "Por más que pedí a la enfermera que me trajera artículos de aseo y ropa limpia para cambiarme, me decían que esperara un momento. Así estuve tres días sin bañarme”.

La denuncia contradice las recomendaciones hechas por los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) y la propia Casa Blanca.

Una lista de indicaciones, publicada incluso en idioma español, pide proveer lugares para lavarse las manos, toallitas de mano que contengan al menos 60% de alcohol, limpiar y desinfectar con frecuencia las superficies y mantener el distanciamiento social.

Hacinadas todo el tiempo

“Esto va a ser una verdadera catástrofe, como un efecto dominó. Cuando le caiga a una (el virus), todas caen. No hay ningún tipo de condiciones. Somos 72 dentro del mismo cuarto. Hay una compañera que está en el hospital de aquí. Le hicieron el test de la influenza y dio negativo. Pero tenía tos, fiebre alta, todos los síntomas” (que han dicho del coronavirus), dice Ana.

“Tengo mucho miedo, estoy aterrorizada, no quiero morirme aquí. No tenemos seguridad, nos vamos a morir todas. No me quiero morir aquí. Estamos todas muy deprimidas con esta situación, sabemos que no vamos a soportar (si el virus entra en el centro de detención Basile)”, añade, con voz temblorosa.

A la pregunta respecto a qué diría a las autoridades, la inmigrante que llegó a Estados Unidos en busca de asilo y lleva 10 meses privada de libertad en espera que un juez de inmigración resuelva su caso, dice: “Que por favor nos ayuden, que estamos aquí en las manos de Dios. Aquí nada nos va a proteger. Que nos liberen para enfrentar esta crisis. Nosotras no somos criminales, estamos aterrorizadas, no nos queremos morir”.

Otra de las internas contó que en el centro de detención les entregan “cinco tabletas (barras) de jabón para 72 personas cada semana. Pero se acaba en el mismo día y después hay que esperar hasta la próxima semana. Y el shampoo, un frasco de 4 onzas para todas. Y solo los jueves y martes entregan un rollo de papel sanitario”.

El hacinamiento y la carencia de insumos de aseo, junto con la privación de libertad, son las principales preocupaciones de las internas del centro. Puntualizan que, si no les proporcionan los artículos de aseo necesarios, el riesgo de propagación del coronavirus es extremadamente alto.

Presión externa

El sábado la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) envió una carta al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para exigir que ICE suspenda temporalmente la aplicación de la ley de inmigración (redadas y deportaciones) y libere a los detenidos durante la pandemia covid-19.

Los afiliados estatales de la ACLU, incluidos el sur y el norte de California, Luisiana, Nueva Jersey, Nueva York, Oregon, el estado de Washington y Texas también están instando a las oficinas de campo de ICE, operadores de prisiones privadas y funcionarios locales electos en todo el país a actuar para limitar la propagación del virus y salvar vidas, dijo el grupo de derechos civiles.

"La detención de inmigrantes no debería ser una sentencia de muerte", indicó Andrea Flores, subdirectora de política y la División de Igualdad de la ACLU. “La detención en las instalaciones de ICE es inherentemente peligrosa ya que soportamos la pandemia de covid-19 y ICE ha demostrado que no puede proporcionar condiciones sanitarias y seguras, incluso en las mejores circunstancias”, agregó.

“Esta extraordinaria crisis de salud pública obliga a una respuesta extraordinaria. La suspensión temporal de la ejecución y la liberación de los detenidos es necesaria tanto para la seguridad de los detenidos y el personal como para allanar la curva para todos”, indicó.

ICE tiene unos 32,000 inmigrantes indocumentados detenidos en centros ubicados en el país, la mayoría peticionarios de asilo que huyeron de sus países a causa de la violencia y pobreza extremas.

“Los inmigrantes no deben tener miedo de buscar pruebas y cuidados médicos”, dijo Flores. “ICE tiene alternativas a la detención para garantizar que los inmigrantes comparezcan en cualquier proceso, muchos de los cuales probablemente se retrasen o suspendan debido a la pandemia. Los detenidos de inmigración son acusados de violaciones civiles únicamente; si alguno representa un peligro para el público, entonces el sistema de justicia penal es la forma correcta de abordarlo”, apuntó.

ACLU advierte que las cárceles de inmigración “no están diseñadas ni equipadas para manejar esta extraordinaria crisis de salud pública” y que “ha demandado a ICE en ocho estados por la liberación de personas especialmente vulnerables a enfermedades graves o la muerte”.

Familiares angustiados

Familiares de inmigrantes detenidos experimentan los mismos miedos y angustias. “Mi hermano se encuentra en un centro de ICE en Georgia (Atlanta) desde octubre”, cuenta Rosa, cuyo nombre no es Rosa y pidió proteger su identidad para no afectar a su hermano, quien tiene una orden de deportación y teme ser devuelto a su país de origen.

“Él está a punto de ser deportado. Pero debido a la pandemia no hay vuelos a Sudamérica y las fronteras están cerradas. Cuando hablo con él me cuenta que las condiciones en el centro son pésimas, no tienen artículos de limpieza y existe mucho miedo a que entre el coronavirus”, agrega.

Los temores también se perciben en Santiago, Chile. “Mi esposo está en Aurora, Colorado, desde octubre. Él se quiere ir, que lo deporten, pero no hay vuelos y todo está cerrado”, dice Angélica, quien también pidió proteger su identidad y la de su cónyuge.

“El pagó una pena de cárcel y al término de ella lo entregaron a ICE. Tiene miedo, no hay jabón ni utensilios para protegerse de la pandemia”, señala.

El esposo de Angélica llegó al centro de Aurora la tercera semana de febrero, un mes antes de ser declarada la pandemia por coronavirus. “Primero le dijeron que en 10 días el estaría acá porque sus papeles estaban listos. Pero hasta el día de hoy mi marido sigue en espera de su deportación y muy asustado, ya que las condiciones de higiene en ese centro de ICE son casi nulas”.

La demora obedece a que los vuelos hacia Sudamérica son espaciados. Y cuando se iba a llevar a cabo el traslado, el gobierno canceló vuelos, y cerró aeropuertos y fronteras.

“No sé qué puedo hacer yo como esposa para apurar su proceso de deportación. Mi marido es asmático y hoy me comentó que lo cambiaron de sección a una donde había un contagiado de covid-19. Les dijeron que ya habían limpiado y desinfectado todo muy bien para poder ponerlos allí, pero a simple vista mi marido relata que el lugar es totalmente insalubre. Además de pasar días en que no les pasan si quiera jabón para que puedan lavarse las manos”.

Angélica cuenta además que “yo me encuentro muy angustiada por su salud, además de necesitarlo mucho en estos momentos difíciles ya que estoy sola con mi pequeña hija de 2 años. Lo peor es que yo estoy presentando síntomas del covid-19 y, si es que llegara a resultar positivo, no tendría con quien dejar a mi pequeña”.

En Chile hasta el mediodía del martes había 5.116 casos de covid-19 confirmados, según datos del Ministerio de Salud del país sudamericano.

El protocolo de ICE

ICE dijo a Univision Noticias, a través de un correo electrónico, que tanto la información de posibles casos positivos de covid-19 como de falta de productos de limpieza en los centros de detención es falsa. Y que los grupos de activistas continúan haciendo esta afirmación falsa en particular, hasta el punto de que hemos abordado esto específicamente en nuestra página informativa covid-19”.

La agencia dijo además que “además de proporcionar a los detenidos jabón para la ducha y jabón para lavarse las manos, ICE proporciona desinfectante a base de alcohol en las entradas, salidas, áreas de espera de los visitantes, al personal y a los detenidos en un lugar seguro siempre que sea posible”.

“ICE también proporciona jabón y toallas de papel que están presentes en baños y áreas de trabajo dentro de las instalaciones”, añade. E indica que “todos los días los artículos de limpieza, como los dispensadores de jabón y las toallas de papel, se revisan periódicamente y están disponibles para su uso”.

“Se alienta a los detenidos a comunicarse con el personal local cuando se necesiten suministros o productos de higiene adicionales”, indicó.

La página digital de la agencia indica que en esta emergencia sigue las instrucciones entregadas por los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), que “recomiendan el autocontrol en el hogar para las personas de la comunidad que cumplen con los criterios de riesgo epidemiológico y que no tienen fiebre o síntomas de enfermedad respiratoria”. Y que los centros de detención “sirven como una alternativa al autocontrol en el hogar”.

“Existen protocolos integrales para la protección del personal y los pacientes, incluido el uso apropiado de equipos de protección personal (EPP), de acuerdo con la guía de los CDC”, asegura.

Precisa que las pruebas de ICE para covid-19 “cumplen con la guía de los CDC”, y que actualiza y comparte su guía covid-19 con unidades de campo en tiempo real”. Añadió que “está evaluando a los detenidos por covid-19 en los centros de detención o enviando a detenidos a algún lugar para que los examinen”. Y que los detenidos están siendo evaluados por covid-19 de acuerdo con la guía de los CDC”.

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