Las deportaciones de migrantes centroamericanos, especialmente desde México, están generando una crisis que se agrava por las altas tasas de homicidios en países centroamericanos como El Salvador, Honduras y Guatemala.
Centroamericanos deportados reviven en sus países la violencia de la que huyeron
Un informe de Amnistía Internacional llama a los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador a proteger a su población de la violencia.

Un informe de Amnistía Internacional en Honduras da cuenta de que los migrantes, que también vuelven procedentes de Estados Unidos, nuevamente se encuentran en sus naciones vulnerables a la violencia.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados indicó que las solicitudes de asilo de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos son seis veces más de lo que eran hace cinco años.
“Los gobierno de El Salvador, Guatemala y Honduras obligan realmente a miles de personas a escapar al norte en busca de seguridad”, dice el comunicado de la organización. Sin embargo, su suerte en el norte no necesariamente mejora.
Según Amnistía Internacional, entre 2010 y 2015 las deportaciones de centroamericanos por parte de México aumentaron un 180%. El reporte detalla casos de migrantes que regresaron a sus patrias y allí fueron asesinados.
La organización llama a los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador a proteger a su población de la violencia; asumir sus responsabilidades para proteger a las personas deportadas, identificando a quienes se encuentran en situación de riesgo; garantizarles todos los programas de ayuda disponibles, especialmente a miembros de grupos vulnerables; y evaluar individualmente cada caso de readmisión en procedimientos de asilo.
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