En las horas previas al mitin del presidente Trump de Tulsa, su campaña eliminó miles de stickers con la leyenda "¡No se siente aquí, por favor!" que se encontraban en los asientos con la intención de establecer una distancia social, según publicó el diario The Washington Post.

La campaña esperaba un lleno de cerca de 20,000 personas en el centro BOK de Tulsa, Oklahoma. Sin embargo, la baja asistencia forzó la suspensión de unos actos del presidente y Mike Pence frente al recinto. Dentro, miles de asientos quedaron vacíos.

El presidente había anunciado que más de un millón de personas habían solicitado entradas para el mitin de Tulsa. Sin embargo, en el recinto que sirvió de sede al evento, con una capacidad para 19,000 personas, se vieron muchos asientos vacíos. Tampoco hubo enfrentamientos violentos fuera del lugar, como el presidente esperaba, cuando llegó incluso a amenazar con que serían tratados con rudeza quienes se acercaran a protestar.

A 99 años de la masacre racial de Tulsa, Oklahoma, la coincidencia de las protestas por la muerte de Floyd y un evento de campaña del presidente, le han dado relevancia a uno de los capítulos menos conocidos de la historia de violencia contra los negros en EEUU.

El presidente advirtió que "cualquier manifestante, anarquista, agitador, saqueador o escoria que vaya a Oklahoma" será tratado con rudeza. "No lo tratarán como si hubiera estado en Nueva York, Seattle o Minneapolis", dijo.