Soledad Méndez empezó a hincharse tanto que tuvo que utilizar un caminador para poder moverse: sufría de hígado graso no alcohólico, la misma afección que acabó con la vida de su esposo meses antes. Se trata de una enfermedad complicada de diagnosticar porque no tiene síntomas y cuando se desarrolla puede ser irreversible. Pero, Soledad logró una nueva oportunidad.

Cristina Trujillo y Gema Bolaños recibieron un trasplante de riñón luego de que la familia de Juan Segura decidiera donar sus órganos, pues él ya no tenía más esperanza de vida al sufrir un derrame cerebral.

Jorge Padilla se salvó de morir tras recibir un trasplante de hígado donado por la familia de un hombre que murió víctima de un crimen de odio. Seis años después del acontecimiento, el beneficiado se encontró con la familia de la persona que le dio una segunda oportunidad de vivir.

Un caso similar en 2017 terminó con final feliz. Esta vez Raymond Thompson decidió aplicar la misma estrategia para salvar a su esposa. Un tuit de una editora de CNN que ha sido compartido decenas de miles de veces podría ayudarlo.

Un vuelo de Southwest Airlines había partido de Seattle rumbo a Dallas. Cuando volaban sobre Idaho, el capitán anunció que volverían a la ciudad desde la que partieron. A bordo iba un órgano que debía ser entregado a un hospital de Seattle, según la aerolínea.

Anelia Myburgh solía usar una mascara facial para evitar las miradas de otras personas desde que perdió parte de los huesos alrededor de su boca por los tratamientos para el cáncer.