Murió en espera de un donante de hígado que nunca llegó

Crédito: Latisha Ozuna/Wendy Gómez
Wilnelia Cruz-Ulloa pasó los últimos meses de su vida en un hospital de Nueva York, en espera de la donación de un hígado que nunca llegó. Los médicos le pidieron a la mujer de 38 años de edad que se trasladara a otro estado con mayor disponibilidad de órganos; sin embargo, ella no podía darse el lujo de hacerlo.
Durante décadas, la política de trasplantes había sido “primero local”, lo cual significaba que los órganos generalmente se ofrecían primero a los pacientes más enfermos en la misma área de la donación. Las 11 regiones de trasplantes nacionales se subdividen en áreas locales con listas de espera individuales, con amplias variaciones en la disponibilidad de órganos tanto dentro como entre las regiones.
Algunos pacientes buscaban listas de espera más cortas lejos de casa, como el fallecido CEO de Apple, Steve Jobs, quien vivía en California, pero en 2009 recibió un trasplante de hígado en Tennessee, que en ese momento tenía una de las listas de espera más cortas.
Para Cruz-Ulloa, de Nueva York, una asistente dental de Medicaid, esa no fue una opción. Por lo cual, después de esperar un año, murió en octubre de 2018.
“Nos dijeron: ‘En Florida se podría obtener el hígado más rápido’”, recordó Wendy Gómez, la esposa de Cruz-Ulloa, quien se cuestionó: “¿pero cómo vamos a mudarnos a Florida y dejar todo atrás?’”
El cambio y los beneficios de la nueva política
Ahora el sistema de trasplantes nacionales apunta a que la espera por hígados, y eventualmente todos los órganos, sea con mayor eficiencia, justicia y equidad. Las nuevas reglas que obligan a un intercambio más amplio de hígados donados entraron en vigor este martes.
“El que esté más enfermo debería tener la mejor oportunidad” para un órgano, afirmó la doctora Sander Florman, cirujana de trasplantes del Mount Sinai Medical Center de Nueva York, quien ayudó a cuidar a Cruz-Ulloa y presionó para lograr el cambio. “Esta mujer estaría viva si las nuevas reglas estuvieran en su lugar, o si ella hubiera vivido en otro lugar”.
El caso de Cruz-Ulloa formó parte de una demanda presentada el verano pasado, en la cual se argumentaba que los mapas de distribución del hígado infringían la ley federal. Por ejemplo, un hígado podría enviarse a casi 400 millas de Englewood, Nueva Jersey, a Pittsburgh antes de que se ofreciera a la cercana ciudad de Nueva York.
De acuerdo con la nueva política, se ofrecerá primero un hígado a los pacientes en peligro de muerte en una ubicación menor a 500 millas náuticas (575 millas) de un hospital de donantes. Si no hay solicitantes, se ofrecerá a pacientes menos enfermos. Igualmente, los médicos usarán una puntuación basada en las pruebas médicas que predicen el riesgo de muerte de los pacientes en los próximos meses para clasificar a los que esperan.
Más de 13,000 personas están esperando un nuevo hígado, de acuerdo con United Network for Organ Sharing (UNOS), que administra el sistema de trasplante nacional. Solo 8,250 recibieron trasplantes en 2018, la mayoría de donantes fallecidos. En promedio, tres personas mueren cada día esperando.
Esto es sólo en el caso de las donaciones de hígado. Pero en general, UNOS indica que casi 114,000 personas están esperando hoy un trasplante de órganos. En algunas partes del país, especialmente el Medio Oeste, hay más órganos donados que en otras áreas, como Nueva York y California, donde la escasez de órganos es más grave.
UNOS pronostica que una distribución de hígado más amplia salvará más de 100 vidas al año, ya que las personas con las peores calificaciones recibirán una oportunidad de trasplante antes que aquellas cuyas puntuaciones sugieren que pueden esperar un poco más.