Es difícil de creer, pero en la actualidad aún existen grupos de pensadores y figuras públicas que aseguran que la Tierra es plana. Aún después de siglos de investigación científica con hechos irrefutables sobre la forma esférica de la Tierra, organizaciones registradas y con su propia bibliografía desarrollan continuamente material para convencer a la comunidad científica de que nuestro planeta tiene una superficie chata y uniforme.

¿Para qué analizar el espacio exterior si podemos hacer conjeturas sobre nuestro propio planeta? Anders Sandberg es un neurocientífico computacional de la Universidad de Oxford que comenzó a pensar en esta extraña idea. ¿Qué pasaría si nuestro planeta fuera una enorme cantidad de arándanos, con igual cantidad de masa que ahora? Puede sonar raro (y lo es), pero los resultados son interesantes como ejercicio.

Hace ya varios años que venimos viendo un ascenso en la cantidad de exoplanetas capaces de albergar vida, o al menos, considerados habitables. Sin embargo, es difícil probarlo realmente a ciencia cierta cuando están muy lejanos. Ahora científicos de la Universidad de Cambridge determinaron que la cantidad de luz ultravioleta de una estrella puede ser la desencadenante del surgimiento de la vida, como en la Tierra.

El sueño de llegar a Marte ha capturado la mente humana desde hace décadas. Incluso en la ficción hemos visto historias sobre posibles marcianos o colonias de humanos transformando el entorno para hacerlo habitable. Tanto la NASA como otras compañías privadas han buscado formas de hacerlo sin problemas. Sin embargo, la ciencia ahora tiene una respuesta a todo esto: la terraformación de Marte no es posible ahora mismo. Pero, ¿por qué?

Con la existencia de al menos 10 mil estrellas por cada grano de arena en la tierra según un cálculo científico —popularizado en 2003 por el astrónomo Simon Driver de la Universidad de Australia Occidental— es muy absurdo pensar que estamos solos en el universo.

En la búsqueda por descubrir si estamos solos o acompañados en el universo, los científicos se enfocan en buscar cualidades de nuestra Tierra presentes en otros sistemas. Dentro de esa investigación, el nombre de un planeta es el que más ha llamado la atención hasta ahora: Kepler-186f. Y cada vez se encuentran más similitudes entre él y nuestro mundo.