El misterioso hexágono de Saturno por fin está dando respuestas sobre su origen

Saturno es un planeta cautivante, no solamente por su forma sino por todos los misterios que aún guarda. Para conocer más sobre él, la misión Cassini, una colaboración de la NASA, ESA y la Agencia Espacial Italiana, estuvo desde 2004 hasta 2017 analizando y recolectando datos. A su llegada el hemisferio sur estaba en verano y el norte en invierno. Fue cuando descubrieron un vórtice en las alturas del hemisferio sur.

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Ahora, a medida que el hemisferio norte entra en el verano, comenzó a verse un vórtice similar encima de las nubes, en la estratósfera, pero en este caso con forma hexagonal. Sin embargo, ya se había observado una forma igual más abajo, no tan arriba de las nubes. Es raro ver la misma forma en diferentes altitudes, lo que causó una nueva hipótesis sobre este hexágono. ¿Es en realidad como una torre que va desde más abajo hacia la estratósfera?

¿Por qué era tan difícil de analizar en un comienzo?

Al principio de la misión les fue difícil obtener datos del hemisferio norte debido a que las temperaturas en las altitudes rondaban los -158 grados celsius, 20 grados más bajo de lo permitido para que se pudiera detectar por infrarrojo.

El asunto es que un invierno de Saturno es muy largo. Cada año de ese planeta equivale a 30 años en la Tierra.  Recién en 2009 el hemisferio norte comenzó a salir del invierno lentamente, consiguiendo mayores temperaturas y permitiendo una exploración más profunda con los instrumentos disponibles.

En 2014 por fin la misión pudo estudiar el hemisferio norte con luz infrarroja. Encontraron el vórtice mucho más alto de lo que esperaban y con forma hexagonal. Además, la forma de torre nos presenta muchas cuestiones complejas. Por ejemplo, que el viento debería impedir una formación de ese estilo, porque en las alturas las condiciones cambian. Las nubes, además, deberían cortar esa extensión hacia la estratósfera.

Los científicos llaman al posible efecto «evanescencia», cuando el fenómeno va perdiendo fuerza con la altura pero aún así es demasiado potente como para desaparecer. Por desgracia, la mayoría de la información se consiguió cuando Cassini estaba llegando al final de la misión y ya no la tenemos para recolectar más datos. De todas formas, lo que sabemos nos puede ayudar a conocer más sobre cómo afecta la parte baja de la atmósfera a las zonas más altas, y como se transporta la energía.

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