Esto ocurre en uno de cada 200 embarazos, y se trata de la llamada placenta previa, que recibe ese nombre por ubicarse en un lugar que no es el correcto. Se trata de una placenta baja que cubre la parte interna del cuello uterino, que es el lugar por donde sale el bebé en el parto. En la mayoría de los casos sucede esto en las mujeres que son mayores de 35 años, que fuman o que usan cocaína.

Cuando está embarazada, la futura madre transmite al niño todo lo que siente y el bebé absorbe esos sentimientos, así como alegrías y tristezas de la madre. Pero no sólo eso, sino que el estrés que sufre la madre durante el embarazo afecta al bebé, en mayor o menor medida.

Por lástima, siempre que se está en período de embarazo se corren riesgos. Uno de ellos es la llamada Toxioplasmosis, la cual es causada por un parásito que genera una infección y la misma no implica nada grave en los adultos sanos pero todo cambia en el caso de las embarazadas. La Toxioplasmosis puede atravesar la placenta y lastimar al feto, provocando daños en sus ojos y en el cerebro, además de ocasionar la pérdida de audición e incluso, en los casos más graves, la muerte del bebé.

A veces no sé si es tan positivo que se realicen tantos estudios, ya que cada uno de ellos determina nuevas definiciones que conllevan nuevas restricciones, pero todo sea por la salud. Esta vez se trata de un gran estudio realizado en Holanda, que determinó que las embarazadas que consumen nueces y otros frutos secos aumentan las posibilidades de que su hijo desarrolle asma.

Continuamente se están realizando estudios para poder mejorar las condiciones de las mujeres embarazadas, para evitar enfermedades y pérdida de fetos. En este caso se descubrió que tomar café es una causa que perjudica el embarazo. Un artículo que publicó la revista “American Journal of Obstetrics and Gynaecology” se afirma que consumir café durante el embarazo puede causar aborto espontáneo, durante los primeros meses de gestación.

Se habla mucho de romper bolsa y largar un líquido, pues bien estamos hablando específicamente del líquido amniótico. Es un líquido claro, de color amarillento, que se encuentran dentro del saco amniótico y el cual rodea al bebé dentro del útero. Durante el embarazo, el feto flota en el líquido y el mismo va aumentando su volumen con el correr de las semanas, llegando a su punto máximo de 800 ml a las 34 semanas de gestación.