Ser mamá es uno de los retos más hermosos que la vida nos pone en frente. De pronto una personita se vuelve el centro de nuestro universo y tenemos que empezar a entender o descifrar los miles de misterios que pasan por su mente, desde qué lo hace feliz hasta cuáles son sus miedos.

Es un hecho, la única persona en el mundo que conoce a la perfección a nuestros bebés somos nosotras mismas. Estamos con ellos desde el primer minuto de su vida, sabemos cómo sonríen, qué nos quieren decir su mirada y cómo se sienten con ver tan solo un gesto de su carita.

La llegada de un bebé a nuestra vida significa tener un destinatario para todo nuestro amor, alguien a quien hacerle cariñitos de manera ilimitada, con quien jugar como cuando éramos peques y alguien a quien amar para siempre.

Iniciar una empresa no es trabajo fácil. Hay que plantear bien nuestra idea, compartirla con esas personas que pueden creer en ella, juntar a varias y dar el gran paso de formar la compañía, sabiendo que será un camino largo y complicado.

Amamos a nuestros perros, nos dan cariño, jugamos con ellos, nos protegen y nosotros respondemos consintiéndolos, comprándoles un bonito suéter para el frío o una elegante casa.

Hay pocas amistades que son tan fuertes e incondicionales como la de una persona y su perro. Ellos son nuestros compañeros incansables, su alegría al vernos llegar a casa es indescriptible y siempre está ahí dándonos amor en forma de lengüetazos.