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La reforma migratoria de Biden requiere algo más que el control demócrata del Congreso

Si bien la victoria electoral en Georgia le dio a los demócratas el control del Senado, el presidente electo Joe Biden necesitará votos republicanos para aprobar la reforma migratoria ofrecida durante la campaña.
10 Ene 2021 – 11:00 AM EST
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Las victorias el martes de Raphael Warnock y Jon Ossoff en las elecciones de segunda vuelta celebradas en el estado de Georgia dieron a los demócratas el control del Senado por primera vez desde 2008, cuando Barack Obama ganó la elección presidencial.

Warnock venció por estrecho margen (50.9 a 49.1%) a la senadora republicana Kelly Loeffler (una fiel aliada del presidente Donald Trump), mientras que Ossoff también ganó por un margen similar (50.5 a 49.5%) al senador republicano David Perdue, coautor de la fallida reforma migratoria patrocinada por el presidente Donald Trump que incluía un sistema de entradas basado en méritos.

Si bien ambas victorias dejan a los demócratas con 50 votos en el pleno del Senado, el mismo número que tienen los republicanos, le corresponderá a la vicepresidenta electa, Kamala Harris, romper el empate a favor del partido de Biden.

Por su parte, los demócratas también controlarán por los siguientes dos años la Cámara de representantes, con 222 votos de los 435 escaños que conforman el pleno.

El nuevo escenario

La capacidad de negociación del presidente electo dependía de los resultados de Georgia. Ahora que conoce el poder real que tiene, puede asegurar que su plan de reforma migratoria podrá ser escuchado y debatido en ambas cámaras, pero para que sea aprobado necesitará algo más que la disciplina de su partido.

Biden ha reiterado que en los primeros 100 días de su mandato enviará un proyecto de ley de inmigración al Senado "con un camino hacia la ciudadanía para más de 11 millones de indocumentados, una promesa que lanzó durante la campaña y que los republicamos más conservadores miran con recelo.

El presidente electo –quien fue certificado esta semana por el Congreso y desempeñó el cargo de vicepresidente durante los dos gobiernos de Barack Obama (2009-2017)- también ha dicho que utilizará el poder ejecutivo para, por medio de decretos, deshacer lo actuado por Donald Trump en los últimos cuatro años, cambios que modificaron el sistema migratorio estadounidense.

La pegunta es: ¿podrá Biden convencer al Senado para que apoye su plan migratorio con los votos que tienen los demócratas?

La reforma de Biden

El presidente electo habla de “modernizar” la ley de inmigración y que para ello trabajará con el Congreso. En caso de no contar con el respaldo de ambas cámaras, Biden ha mencionado que deshará por medio de órdenes ejecutivas todo lo hecho por Trump desde enero de 2017 y fortalecerá el marco legal aprobado por el legislativo.

Entre los posibles decretos, expertos mencionan la recuperación de la política de asilo, el retiro de poderes extraordinarios otorgados a agentes fronterizos y regresarlo a los jueces de inmigración, y la eliminación de restricciones impuestas a las cortes de inmigración.

También consideran posible el levantamiento de los obstáculos a la inmigración legal, la protección de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y la extensión y el otorgamiento de nuevos TPS a indocumentados de países con problemas y que necesitan el beneficio humanitario.

La vía ejecutiva incluye, además, una moratoria de redadas y deportaciones y establecer nuevas prioridades de expulsión centrada en aquellos extranjeros que han cometido delitos criminales graves. Eso anularía lo decretado el 25 de enero de 2017, donde se estipula la permanencia indocumentada constituye una amenaza a la seguridad publica y nacional de Estados Unidos.

Para aprobar la reforma migratoria, Biden necesita 218 votos en la Cámara de Representantes y 60 en el Senado, donde solo dispone de 50.

Qué dicen los republicanos

Tras los resultados en Georgia, los republicanos se reorganizan para actuar desde la oposición y definen nuevas estrategias para negociar y presionar al nuevo gobierno a partir del 20 de enero.

Fuentes republicanas moderadas consultadas por Univision Noticias dicen que el apoyo a la reforma migratoria de Biden “dependerá de su contenido”.

“Sin duda un plan ‘parte por parte’ será más exitoso que un paquete gigantesco”, señala una fuente republicana que pidió mantener su hombre bajo reserva. En un Congreso dividido, como se encuentra ahora, advierte, “la reforma es improbable”.

Indica además que, por lo general, en la elección de medio término “el partido en la Casa Blanca pierde una parte del control del Congreso, por lo que el presidente electo Biden tendrá dos años para conseguirlo”.

En dos años

En los primeros años de sus mandatos, tanto Obama como Trump gobernaron con mayoría de ambas cámaras, que dos años más tarde perdieron.

En ese período, no lograron los votos suficientes para aprobar sus respectivos planes migratorios, uno a favor de la legalización de indocumentados y el otro a favor de redadas, deportaciones y severas limitaciones a la inmigración legal.

Los republicanos moderados dicen ahora que la reforma migratoria de Biden “depende del plan”, y que la mejor oportunidad apunta hacia una reforma “por pedazos”.

“Llegó la hora de ver qué tan serios son los demócratas para trabajar de manera bipartidista con los republicanos”, dijo la fuente, a pesar de que en los últimos cuatro años los republicanos no utilizaron suficiente capital político para hacerlo con los demócratas en materia migratoria.

Los republicanos moderados dicen además que “con todas las palancas del gobierno federal bajo su control, (los demócratas) pueden hacer mucho unilateralmente, pero para cambios significativos y prolongados los acuerdos bipartidistas son la mejor ruta”.

Cabe señalar que el gobierno de Trump, en los últimos cuatro años, modificó radicalmente el sistema migratorio a golpe de órdenes ejecutivas y memorandos sin el respaldo del Congreso. Ahora los republicanos esperan que Biden no utilice la misma vía, pero en todo este tiempo el pleno del Congreso no hizo mayor esfuerzo para detener al presidente y buscar apoyo bipartidista en ambas cámaras para cambiar las leyes de inmigración.

Parte por parte

Algunos republicanos hablan de recuperar el discurso de 2013, cuando el entonces líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, rechazó un plan de reforma migratoria aprobado por el Senado con apoyo bipartidista y dijo que una ley de este tipo sólo sería posible ‘parte por parte’.

“Si empiezan con una sección dentro de la reforma, por ejemplo, con los dreamers (DACA) y después tratar el tema de las visas para los trabajadores agrícolas extranjeros (H-2B), es posible que haya respaldo. Para esa vía existe apoyo en el senado”, dice Wadi Gaytán, portavoz de La Iniciativa Libre, un grupo que mueve un bloque moderado clave en ambas cámaras del Congreso.

“Y si hablamos en un plan más exhaustivo, como se menciona hasta ahora, el apoyo para una votación dependerá de los detalles”, agrega.

"En general, nosotros apoyamos una reforma. Y opinamos que Biden tiene una gran oportunidad, pero para decir que vamos a apoyar la reforma de los demócratas tenemos que ver el plan”, añade.

“Pero será difícil conseguir votos para aprobar un plan que otorgue la ciudadanía a los indocumentados sin que ellos (los republicanos) se sientan confortables de que esa población (indocumentados) no va a seguir creciendo. No queremos que en otros 15 años tengamos el mismo problema que estamos viendo ahora”, subraya.

Otra fuente republicana advierte que “llegó la hora en qu el partido tenga conversaciones francas sobre qué pasó (durante el gobierno de Trump), dónde estamos y dónde vamos a llegar como partido. Es un punto de reflexión clave en la historia del país” y en esa disyuntiva asoma el tema migratorio y ekl futuro de los 11 millones de indocumentados.

Qué dicen los activistas

Organizaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes esperan que, desde el primer minuto, Biden cumpla con las promesas de campaña.

“Confiamos en que lo someterá, que lo hará, enviará una propuesta de reforma migratoria al Senado como lo ha prometido”, dice Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA).

A la pregunta respecto a los resultados electorales en Georgia, la dirigente dijo que el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, ya no seguirá presidiendo el pleno. “Él ha frenado todo en los últimos años, todo muere en sus manos”, y que a partir del 20 de enero se abren nuevas oportunidades.

Con el Senado bajo control demócrata, el legislador Charles Schumer (Nueva York) asumirá la presidencia de la Cámara Alta.

Para Gustavo Torres, director ejecutivo de Casa de Maryland, “la victoria demócrata en Georgia aumenta las posibilidades para negociar. Pero si no se consigue (la reforma), esperamos que Biden firme órdenes ejecutivas para proteger DACA, el TPS, decrete una moratoria de deportaciones y le de la bienvenida a los refugiados”.

La reforma del 2013

El 27 de junio de 2013, en el comienzo del segundo gobierno de Obama, el Senado –controlado por los demócratas– aprobó con 68 votos a favor y 32 en contra el plan bipartidista de reforma migratoria S. 744, que fue elaborado por el llamado Grupo de los Ocho conformado por cuatro legisladores demócratas y cuatro republicanos.

El proyecto se basó en un fuerte componente se seguridad fronteriza e incluyó un camino a la ciudadanía para indocumentados que llevaran tiempo en el país, carecieran de antecedentes criminales y pagaran impuestos.

Cuando el plan fue enviado a la Cámara de Representantes, en ese entonces bajo el mando de Boehner, la respuesta fue enfática: solo se aceptará un plan ‘parte por parte’, tal y como ahora barajan los republicanos que a partir de enero serán el partido de la oposición.

Boehner sostuvo, después de la aprobación del plan bipartidista, que la resistencia al proyecto obedece a que el pueblo estadounidense “está escéptico de grandes iniciativas integrales” y prefiere debatir el tema de la reforma migratoria “un paso a la vez”.

Lo que no tomó en cuenta Boehner en ese momento, fue que, según las encuestas, la mayoría de los estadounidenses favorecía una reforma migratoria con camino a la ciudadanía para los indocumentados, respaldo que ha crecido en los últimos cuatro años.

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