El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) cree que después de la pandemia la frontera entre México y Estados Unidos se volverá aún más peligrosa por las guerras territoriales y las fracturas entre los carteles del narcotráfico que operan en la zona. Esa es una de las conclusiones de un informe que analiza las principales “amenazas” para el país. Creen además que la región recibirá un éxodo masivo de migrantes centroamericanos, suramericanos y caribeños dada la mala situación económica y sanitaria que dejará el coronavirus.
Carteles aumentarán la violencia en la frontera y habrá otro éxodo masivo de migrantes a EEUU, advierte DHS
Un nuevo informe del Departamento de Seguridad Nacional anticipa un panorama complicado para la frontera entre México y Estados Unidos, por los conflictos entre grupos del crimen organizado y la posible llegada de miles de indocumentados solicitando asilo dada la pobreza de sus países.

“La fractura de los carteles mexicanos, la interrupción de antiguas cadenas de suministro de droga y las disputas territoriales, especialmente sobre importantes ‘plazas’ transfronterizas, casi seguramente conducirán el año que viene a un aumento de la violencia en México a lo largo de la frontera suroeste de EEUU”, señala el reporte del DHS, publicado esta semana y que incluye entre las amenazas a grupos supremacistas, organizaciones terroristas y hackers extranjeros.
En Tijuana, por ejemplo, se han registrado más 1,500 asesinatos este año. Esa metrópoli se encuentra bajo fuego por una sangrienta guerra entre los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los remanentes del clan de los Arellano Félix. Pelean por el control de un importante acceso de drogas hacia EEUU y el mercado local de venta de narcóticos al menudeo.
Los estados mexicanos fronterizos experimentaron casi 12,000 homicidios en 2019, la mayoría de los cuales involucraron a organizaciones de narcotraficantes, señala el DHS.
México registró 34,582 asesinatos en 2019, la cifra más alta en 20 años. En promedio, cada día hubo 95 asesinatos en un país que lleva 14 años siendo rehén de la barbarie de los narcotraficantes.
Pero el DHS alerta que la inseguridad, sobre todo en la frontera, no ha tocado fondo aún. Por ello cataloga a los grupos del crimen organizado como “un desafío duradero” y “una amenaza importante” para el gobierno estadounidense.
“Entre las organizaciones de tráfico de droga, los carteles de México representan la mayor amenaza para el país debido a su capacidad para controlar el territorio, incluso a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos, y cooptar partes del gobierno, particularmente a nivel estatal y local”, indica.
“Aunque el covid-19 ha interrumpido algunas operaciones de los carteles, su capacidad para mover grandes cantidades de bienes ilícitos hacia y por todo el país permanece prácticamente intacta”.
El informe del DHS identifica en particular al cartel de Sinaloa, liderado por Ismael ‘El Mayo’ Zambada y los hijos de su compadre Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán; así como el CJNG, bajo el mando de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, como los que venden más cocaína, heroína y fentanilo en EEUU.
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Más detenciones de migrantes
Sobre la inmigración indocumentada, la agencia federal prevé un período complicado para la Patrulla Fronteriza una vez que pase lo peor del coronavirus. Teme que los típicos factores —la criminalidad, el desempleo y la “represión gubernamental”— abonen a los flujos migratorios hacia el norte.
“El DHS anticipa que el número de detenciones en la frontera aumentará significativamente después de la pandemia, con la posibilidad de otro incremento por la llegada a la frontera de aquellos a quienes se les impidió previamente ingresar a Estados Unidos y las malas condiciones económicas en todo el mundo, que alimentan la migración”, señala el informe.
De hecho, ya venía una caravana con unos 4,000 hondureños, pero se reportó que fue fragmentada por las autoridades en Guatemala y que alrededor de la mitad ya había sido enviado de vuelta a su país. Separados en pequeños grupos, el resto del contingente seguía avanzando para llegar a México.
Al gobierno de Trump le ha resultado efectivo hacer acuerdos con los gobiernos de Centroamérica y de México, que activan planes para impedir el paso de los inmigrantes en sus territorios y reciben a los solicitantes de asilo mientras esperan una respuesta sobre sus procesos.
El más reciente informe del DHS parece justificar el endurecimiento de las políticas migratorias, que ahora realiza deportaciones exprés incluso de menores de edad, y ha acelerado la renovación de la barrera fronteriza.
January 2020: 100 miles
— CBP Mark Morgan (@CBPMarkMorgan) October 5, 2020
June 2020: 200 miles
August 2020: 300 miles
October 2020: 350 miles
The border wall system is being constructed faster than ever. We are securing our southern border from illegal activity and protecting the American people! pic.twitter.com/2uMMLfQHIj
El DHS teme que un posible éxodo masivo en 2021 agote —como ocurrió en 2019— los recursos de la Patrulla Fronteriza y se genere “una crisis humanitaria y de seguridad fronteriza que paralice el sistema de inmigración”.
El año pasado, la frontera llegó a un “punto de quiebre” por el número creciente de familias y menores no acompañados que se entregaron a las autoridades para pedir asilo. Los agentes migratorios llegaron a detener a cientos de ellos en un solo día.
Desde el Caribe, específicamente de Cuba y Haití, también saldrían grandes grupos de migrantes, pronostica el informe del DHS.
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En los últimos seis meses, la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) ha observado un incremento paulatino en los arrestos, aunque ahora no los llevan a centros de detención. “Estamos viendo un aumento en los flujos de inmigración ilegal a niveles antes de la pandemia”, señala el DHS.
Por ejemplo, pasaron de la detención de 712 menores en abril a 2,982 en agosto, según las cifras más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). El salto para las unidades familiares fue de 716 a 2,587 incidentes en dicho período. Por su parte, la aprehensión de adultos subió de 14,734 personas en abril a 41,295 en agosto.
“La duración y gravedad de la pandemia del covid-19 moldeará la migración hacia la frontera suroeste de EEUU en 2021, junto con los factores tradicionales de atracción y expulsión derivados de las débiles condiciones económicas y políticas en la región”, señala el reporte.
Desde que Trump implementó nuevas restricciones en la frontera el 20 de marzo, CBP ha expulsado a 147,601 personas, incluyendo más de 8,500 niños que viajaban solos.



















