Unos 50 centroamericanos, en su mayoría familias con niños, llevan tres semanas en la ciudad de Nogales, Sonora, esperando un turno para que un oficial de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) escuche sus casos y les permita ser admitidos en EEUU.

La Patrulla Fronteriza del sector Yuma observó por las cámaras de vigilancia cuando un grupo de 82 indocumentados cruzaba por un hueco que hicieron debajo de la valla fronteriza cerca del puerto de San Luis, Arizona. A las cuatro horas otro grupo cruzó.

Muchos de los centroamericanos que sueñan con llegar a territorio estadounidense dicen no sentir temor por la nueva orden de Trump, pues aseguran que harán su petición en un puerto de entrada oficial como lo pide el mandatario.

El gobierno no recibirá las solicitudes de personas que hayan entrado ilegalmente al país, por lo que expertos sugieren buscar a un abogado de inmigración para evaluar los casos, no a un notario. Además, tener los documentos necesarios para el trámite actualizados, entre otros consejos legales.

Unos documentos judiciales detallan que 146 de estos menores no se van a reunir con sus padres porque estos rechazaron la reunificación o porque, en opinión de los funcionarios, no son aptos o representan un peligro para los pequeños.

Los inmigrantes que esperan su turno compartieron diversas historias por las que buscan conseguir un asilo en EEUU.