Muchos creen que la familia es la base de la sociedad: nacemos dentro de una, y nos desarrollamos como personas allí, en ese núcleo de lazos de sangre. La importancia de compartir tiempo con la familia es muy grande, no solo para los más pequeños de la casa, sino también para todos los miembros de la familia.

En las familias actuales suele haber falta de comunicación, de apoyo y de unión por eso el juego puede ser la actividad perfecta para fortalecer el vínculo de unión familiar. Podemos hacer cualquier actividad que guste al niño y al adulto que lo acompaña, los niños sentirán gran felicidad de compartir momentos con los padres. Se puede jugar en los momentos en que se realizan las actividades diarias o en un momento específico.

El juego en familia es muy importante, ya que refuerza las relaciones entre los miembros que conviven en el hogar. Mediante el juego podemos expresar emociones, sentimientos y fortalecemos los lazos de unión entre las personas que participan. Es un gran hilo conductor del amor que existe entre padres e hijos, además de cumplir una función educativa que es muy favorecedora.

Existe la creencia de que los hijos de madres solteras son diferentes a los hijos de las familias en las que se encuentran ambos padres. Por lo general se cree que estos niños cuyas madres son solteras y, por lo tanto los crían solas, están sobreprotegidos, entre otras creencias.

Los tiempos han cambiado y también la relación que se presenta entre el padre y sus hijos. La relación que estos poseen hoy comienza desde antes del nacimiento, lo que hace que sea una relación mucho más positiva para ambos.

Los abuelos del bebé desempeñan un papel muy importante en su vida. Por lo general son personas que colaboran en la indisciplina de los pequeños, cumplen sus caprichos, les dan los gustos, etc. Cada vez los padres se hacen abuelos más jóvenes y esa imagen de aquellos viejitos de pelo blanco está cambiando, hay quienes a los 35 o 40 años ya son abuelos, y en promedio lo más común es ser abuelos a los 50 años.