Ernesto Rivas

La pequeña lloraba y pedía que la soltaran cuando fue sometida al ritual a manos de su abuela y bisabuela porque según ellas, estaba embrujada. Las autoridades arrestaron a la abuela que dijo que tenía que luchar contra el mal. La bisabuela huyó del lugar para evitar su detención.

Hace semanas les presentábamos la historia de Suyapa, una niña salvadoreña que no puede ver por un problema en la vista. Ella pensaba que sus cartas a Santa Claus siempre se perdían porque nunca recibía regalos. Pero este año, Santa Claus llegó cargado de juguetes.

Cientos de personas de diferentes países visitan a diario este pueblo para adquirir las obras de arte, las cuales están llenas de creatividad y dedicación. Los artesanos dicen estar orgullosos de que sus piezas lleguen a lugares como España, El Vaticano, Estados Unidos y Canadá, entre otros, pues aseguran que, de esta manera, una pequeña parte de su país está en todo el planeta.

Abrazos, lágrimas, sonrisas y nostalgia es lo que se vive por estos días en el Aeropuerto Monseñor Romero de El Salvador. Muchos han aprovechado esta época decembrina para visitar a sus seres queridos, luego de tener que vivir en el exterior durante una larga temporada. Aseguran que aprovecharán su estancia en el país al máximo y tratarán de recuperar el tiempo perdido con sus familiares.

La salvadoreña quedó embarazada cuando todavía era una menor de edad, después de que su padrastro de 70 años la violara. Ella alega que no sabía que estaba embarazada y los médicos la reportaron a la policía. Estuvo tras las rejas acusada de intento de homicidio.

Suyapa Quintanilla vive en un remoto pueblo de El Salvador. Dice que las navidades la ponen triste porque no puede ver los adornos ni jugar como el resto de niños. Su sueño es que Papá Noel le traiga una muñeca y una rica cena por Navidad.