En una esperada llamada con su homólogo chino, el mandatario estadounidense despejó la posición de Estados Unidos, después del incidente que causó la conversación que mantuvo en diciembre con la presidenta de Taiwan, una isla autogobernada que China considera una provincia más, con la que Washington rompió lazos diplomáticos en 1979.

El comercio de China se convirtió en un polvorín y los empleados corrían despavoridos huyendo de las explosiones y el fuego. Más tarde, el hombre se entregó a la policía.

El aparatoso accidente quedó grabado en las cámaras de seguridad de una calle de China. El conductor pierde el control del vehículo y trata de frenar pero no lo consigue.

En la campaña Trump fue muy duro con Pekín, al que acusó de ser la causa de la destrucción de empleos en EEUU y manipular su moneda. Esa retórica parece haber cambiado con una carta que envió anoche la Casa Blanca al gobierno chino.

Los miembros de la familia fueron rescatados de la cabina por las autoridades, que tuvieron que improvisar una grúa para poder salvarlos.

El menor jugaba en un mercado cuando el cohete explotó haciéndole saltar por los aires. Milagrosamente, el niño no sufrió ni un rasguño.