En un ejemplo que ilustra cómo se agudiza el impacto del cierre del gobierno federal, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) informó que los vuelos con destino al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) fueron detenidos temporalmente la mañana del domingo debido a una escasez de personal en una instalación de control de tráfico aéreo del sur de California.
Se siente el golpe del cierre del gobierno: los vuelos hacia Los Ángeles fueron suspendidos temporalmente por la falta de controladores
La escasez de personal también provocó interrupciones en despegues y llegadas el domingo en los aeropuertos Newark Liberty y de Teterboro en Nueva Jersey, así como en el Southwest Florida International Airport en Fort Myers, según la FAA.
La FAA emitió una detención temporal en tierra en uno de los aeropuertos más transitados del mundo poco después de que el secretario de Transporte, Sean Duffy, anunciara que los viajeros verían más vuelos retrasados y cancelados en los próximos días, mientras los controladores de tráfico aéreo del país trabajan sin recibir salario durante el cierre del gobierno federal.
Durante su participación en el programa Sunday Morning Futures de Fox News, Duffy señaló que cada vez más controladores llaman para reportarse enfermos, ya que las preocupaciones económicas aumentan el estrés de un trabajo que ya de por sí es exigente.
“Justo ayer (…) tuvimos 22 faltas de personal. Ese es uno de los niveles más altos que hemos visto en el sistema desde que comenzó el cierre. Y eso es una señal de que los controladores están agotándose”, dijo.
La FAA indicó que los aviones con destino a Los Ángeles fueron retenidos en sus aeropuertos de origen a partir de las 11:42 am, hora del Este, causando retrasos promedio de una hora y 40 minutos.
La escasez de personal también provocó interrupciones en despegues y llegadas el domingo en los aeropuertos Newark Liberty y de Teterboro en Nueva Jersey, así como en el Southwest Florida International Airport en Fort Myers, según la FAA.
El cierre del gobierno continuará afectando el tráfico aéreo, advierten autoridades
Con un cierre gubernamental que está por cumplir un mes, los republicanos y los demócratas se enfrentan a una creciente presión para poner fin a una crisis que está golpeando servicios públicos.
Más de 60,000 controladores aéreos y agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) están trabajando sin cobrar, y la Casa Blanca advirtió que el aumento del absentismo podría suponer un caos.
La portavoz de Trump, Karoline Leavitt, dijo a los periodistas el jueves que el cierre ya estaba causando "impactos severos" en los aeropuertos de todo el país. "Si los demócratas continúan manteniendo el gobierno cerrado, tememos que habrá retrasos significativos en los vuelos, interrupciones y cancelaciones en los principales aeropuertos de todo el país esta temporada de vacaciones", dijo.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, dijo en una rueda de prensa que la escasez de personal en los aeropuertos era ahora la causa de más del 50% de los retrasos, un enorme aumento sobre la estadística normal del 5%. "Cuanto más se prolongue el cierre y menos controladores aéreos acudan a trabajar, más se pondrá en peligro la seguridad del pueblo estadounidense", afirmó el jueves.
Sin que se vislumbre el final del cierre, la paralización está empezando a afectar otros sectores.
Este domingo el secretario del Tesoro Scott Bessent anunció que no podía garantizar el pago de los militares estadounidenses para el 15 de septiembre si continuaba el cierre de gobierno.
Los republicanos tienen la esperanza de que los problemas para pagar a las tropas sean vistos por algunos demócratas como algo políticamente adverso y que ello lleve a que algunos rompan filas con la postura unida del partido sobre el cierre.
Sin embargo, los demócratas insisten que el único camino para reabrir el gobierno es una negociación liderada por Donald Trump sobre sus demandas de ampliar los subsidios que hacen que el seguro de salud sea asequible para millones de estadounidenses, el punto de fricción clave en el estancamiento.
Por su parte Trump ha insistido en que no negociará con los demócratas hasta que el cierre haya terminado.
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