Un efecto colateral de las cuatro páginas que entregó el Departamento de Justicia al Congreso resumiendo el trabajo del fiscal especial Robert Mueller en su investigación sobre la influencia de Rusia en las elecciones de 2016 y la ahora negada conexión con la campaña republicana es que debilita los planes (o esperanzas) de algunos demócratas en el Congreso de someter a impeachment al presidente Donald Trump.
Qué pasa ahora con las perspectivas de un 'impeachment' a Donald Trump
Una semana atrás, algunos presagiaban que pronto tendrían elementos para exigir al Congreso abrir un juicio político a Trump. Pero cerró su trabajo el fiscal especial Robert Mueller y lo que ha trascendido de este no la prueba irrefutable que esperaban.

“Yo no creo que estén hablando más de impeachment”, aseguró el presidente a los reporteros del Congreso cuando acudió al mediodía del martes a un almuerzo con la bancada del Partido Republicano.
Y es posible que tenga razón porque poco antes, en una reunión privada con representantes demócratas, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, les sugirió que dejen de pensar en la perspectiva de abrirle un juicio político a Trump y se concentren en temas que las encuestas indican que son los que más interesan a sus electores, como el sistema de salud o generación de empleos.
Eso no significa que Pelosi descarte del todo que se pueda procesar al presidente, solo que pidió esperar a conocer más del reporte de Mueller para ver qué elementos pueden usar para alimentar las investigaciones que varios comités del Congreso están haciendo al presidente y su círculo, según contaron a medios fuentes anónimas con conocimiento de lo que se discutió en el encuentro.
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Es la ratificación de lo que ya había dicho Pelosi semanas atrás cuando aseguró que “no valía la pena” someter al país al trauma de un proceso de juicio y posible destitución del presidente. En esa ocasión algunos interpretaron que se refería a que Trump no merecía semejante nivel de atención y otros que los hallazgos de Mueller podrían no ser tan contundentes como algunos esperaban.
Legisladores como Maxime Waters, la demócrata por California que lidera el Comité de Finanzas, quien hasta el fin de semana insistía en una entrevista con MSNBC, antes de que se conociera la carta del fiscal general William barra al Congreso, que “esto no es el fin de nada”, el lunes pedía “concentrarse en obtener” el reporte y dijo que el impeachment “nunca ha sido discutida como estrategia de este caucus”.
Apuestas a la baja
De hecho, los presidentes de seis comités de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, han dado al Departamento de Justicia una semana para que les entregue el informe de Mueller entero “sin ediciones”. Sin embargo, las normas del departamento dejan total discreción al fiscal general para decidir qué información se entrega a los legisladores o al público.
“Cualquiera haya sido la apuesta la semana pasada de que el presidente no terminaría su término, esas apuestas no son tan buenas esta semana”, dijo a la publicación Politico el demócrata por California Brad Sherman.
“Nuestra mejor fuente de revelaciones cruciales era el reporte de Mueller y, según Barr, no hay revelaciones que cambien el panorama en él”, dijo Sherman, quien ha sido uno de los más activos en la promoción del enjuiciamiento del presidente.
En el Congreso no todos están convencidos de que sea tiempo de dejar de escudriñar en los asuntos del presidente Trump, más allá de la ahora descartada colusión con Rusia y confían en que hay muchos temas por los cuales debe responsabilizarse y que podrían justificar un juicio político.
“El Congreso tiene la responsabilidad constitucional de supervisar el comportamiento del presidente y de otros líderes e investigar si este presidente ha cometido violaciones de ley, aunque sean pequeñas. Y (para el Congreso) ese nivel de pruebas es mucho más bajo que el nivel de pruebas que Mueller estaba buscando”, explicó a Univision Noticias Joseph Malouf, abogado constitucionalista que ha seguido de cerca el trabajo de la fiscalía especial.
Sin embargo, Malouf advierte que los pasos que den los detractores de Trump en el Congreso deben tomarse con mucho cuidado y aunque el estándar de pruebas es más bajo que el que se le pide a una investigación criminal, corren el riesgo de quedar como malos perdedores empecinados en detener al mandatario a costa de cualquier cosa.
“El Congreso va a querer ver las pruebas que acompañan el reporte y si tienen pruebas y proceden de buena fe en un proceso de impeachment van a tener el apoyo del país. Pero (no lo tendrán) si se apresuran a algo, porque muchos demócratas están decepcionados el día de hoy”.
¿Quién investiga ahora al presidente?
El trabajo del fiscal especial Mueller está cerrado, pero hay cinco comités de la Cámara de Representantes que están investigando otros asuntos de Trump: el Comité de Finanzas, el de Supervisión Gubernamental, Inteligencia, Asignaciones y el Judicial.
Esos paneles estudian desde las posibles violaciones de la Ley de Emolumentos por parte de Trump (haber recibido pagos o prebendas de gobierno extranjeros a través de sus negocios) y la presentación de sus declaraciones de impuestos, hasta prácticas financieras de la Organización Trump y prácticas empresariales de su familia y su círculo empresarial.
Mientras tanto, el Comité de Inteligencia sigue indagando en las conexiones de la campaña republicana con Rusia y esta semana tiene una audiencia con un empresario ruso antiguamente ligado al Kremlin, Feliz Sater quien habría sido clave en el plan para construir una Torre Trump en Moscú (las negociaciones siguieron hasta 2016, según dijo recientemente al Congreso el exabogado del presidente Michael Cohen, aunque Trump asegura que no se llevaron a cabo).
Muchos demócratas piensan que Trump ha evadido un problema ayudado por su fiscal general al decidir que no había pruebas de que intentó obstruir la justicia, pero confían en que del trabajo de alguno de esos comités saldrá un dato incriminatorio que les permita someter al presidente a un proceso de impeachment.














