Creían que era una narcofosa con 150 cráneos, pero resultó ser un sitio sagrado

Una década después, las autoridades han determinado que la que parecía una escena del crimen en el interior de una cueva era en realidad un lugar donde se realizaban rituales antes de la llegada de los españoles a América.

Video Hallan un horno crematorio clandestino en México con restos humanos calcinados y revueltos

México es un país lleno de fosas clandestinas que fueron cavadas por el crimen organizado. Por eso, en 2012 cuando alguien encontró 150 cráneos y restos humanos dentro de una cueva en Chiapas se pensó lo peor: que era el lugar donde uno o varios grupos delictivos estaban arrojando cadáveres. De inmediato se montó un operativo policial en torno a la que consideraban una escena del crimen y llegó la prensa.

“Se tuvieron que despejar muchas dudas, había mucho interés en los medios de comunicación de saber qué era lo que estaba pasando con esos materiales”, describe Javier Montes de Paz, un investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que participó en el análisis de los restos óseos, en un video de la dependencia publicó este miércoles en su página de Facebook.

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“Se dio un hallazgo inesperado y digo inesperado porque no fue el Instituto Nacional de Antropología e Historia el que intervino esa cueva… sino más bien fue la Procuraduría General del estado de Chiapas… considerando que era muy probable que se tratara de una narcofosa”, relató Montes de Paz.

En un principio, los peritos de la Fiscalía estatal se enfocaron en determinar un presunto crimen, la identidad de las “víctimas” decapitadas y buscar a los sospechosos, pero descubrieron más tarde que los cráneos y huesos parecían ser muy antiguos. Fue entonces que llamaron a los antropólogos.

Fue hasta una década después del hallazgo que el INAH concluye que los restos humanos corresponden a individuos decapitados en el interior de la cueva entre los años 900 y 1200 después de Cristo. Se trata de un “espacio sagrado” en el que realizaban rituales antes de la llegada de los españoles. Con el paso del tiempo, ese lugar quedó dentro del territorio del rancho ‘Ojo de Agua’ en el municipio de Frontera Comalapa, cerca de la frontera con Guatemala.

La mayoría de los cráneos correspondían a mujeres, según antropólogos mexicanos.
La mayoría de los cráneos correspondían a mujeres, según antropólogos mexicanos.
Imagen Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)


La dependencia federal explica que la investigación del sitio les ha permitido “adentrarse en un contexto funerario de aproximadamente mil años de antigüedad y teorizar incluso que existió un altar de cráneos o tzompantli, en la cueva de Comalapa”.

Montes de Paz explicó en el video que han identificado huesos largos de fémures, tibias o radios, pero hasta ahora no se ha reconocido un solo entierro completo, sino mayormente cráneos o fragmentos de estos. Por eso cree se trató de la decapitación de varios individuos, la mayoría mujeres.

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“Aún no tenemos el cálculo exacto de cuántos hay, dado que algunos están muy fragmentados, pero hasta el momento podemos hablar de aproximadamente 150 cráneos”, señaló el especialista.


Otro segundo factor por el cual Montes de Paz plantea que se trató de un lugar sagrado es la evidencia de vestigios de varas de madera alineadas. Además, el que los cráneos no tengan perforaciones en los parietales y temporales, como los del Huei tzompantli de Tenochtitlan, “se explica a partir del conocimiento sobre altares que usaban estructuras para fijar los cráneos sin llegar a perforarlos”, indicó el INAH en un comunicado.

“Muchas de esas estructuras se hacían con madera, material que con el tiempo desapareció y pudo colapsar a todos los cráneos”, puntualizó Montes de Paz. “Hemos reconocido los restos óseos de tres infantes, pero en su mayoría los huesos son de adultos y, hasta ahora, son más de mujeres que de hombres”, agregó el experto.

El INAH indica que se ha establecido que los restos óseos de la cueva de Comalapa tienen modificaciones craneales de tipo tabular erecta y que datan del Posclásico Temprano, que comprende entre los años 900 y 1200 después de Cristo.

Los expertos creen que se trata de un “espacio sagrado” en el que realizaban rituales antes de la llegada de los españoles a América.
Los expertos creen que se trata de un “espacio sagrado” en el que realizaban rituales antes de la llegada de los españoles a América.
Imagen Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)


Todos los cráneos tienen la particularidad de no contar con piezas dentales, un rasgo registrado en otras cuevas mortuorias descubiertas en ese estado. De acuerdo con el INAH, todavía no se ha establecido si les fueron extraídas en vida o post mortem. Sin embargo, explica que expertos reconocen precedentes de este tipo en Chiapas, por ejemplo, la cueva de las Banquetas, explorada en la década de 1980 en el municipio de La Trinitaria, donde se recuperaron 124 cráneos que tampoco tenían piezas dentales.

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“Otro caso es la cueva Tapesco del Diablo, descubierta en 1993 por exploradores mexicanos y franceses en el municipio de Ocozocoautla. Ahí se descubrieron cinco cráneos con la particularidad de haber sido colocados sobre un tapesco (emparrillado) de madera”, detalla el INAH.

Montes de Paz pidió a los residentes de Chiapas “respetar” las cuevas donde se descubran vestigios prehispánicos. “El llamado es a que cuando las personas localicen algún contexto con probabilidad de ser arqueológico, eviten intervenirlo y lo notifiquen a las autoridades locales o directamente al INAH”.