Toneladas de semillas, granos, arena, arbustos y flores hacen realidad los sueños de cientos de voluntarios que trabajan con entusiasmo para crear las carrozas más hermosas del Desfile de las Rosas. Este año las flores deberán esperar hasta último momento porque las inusuales altas temperaturas pondrían en peligro la frescura de los pétalos, pero esto no roba el entusiasmo de los trabajadores.