Seis años antes de tener a mi hijo, experimenté por primera vez lo que era el amor tierno e incondicional, la necesidad de proteger, de educar, de querer, cuidar y malcriar -porque cuando eres tía se puede- a una personita o varias a la vez-

Las mujeres tenemos fama de ir juntas al baño o de demorar más de lo que podríamos eligiendo atuendos y peinándonos para una salida pero, ¿fama de que conducimos mal? ¡Eso es machista! Siempre hay alguno que se pasa de la raya o alguno que quiere hacerse el gran "machote" y te dice alguno de estos comentarios machistas que toda mujer odia escuchar. ¡Qué ni se me acerque con un comentario así porque no respondo de mi!

Todas las mujeres tenemos nuestra faceta de elegancia. Claro que algunas más y otras menos, pero siempre está presente. O me dirás que nunca te has arreglado para una ocasión especial cuidando cada mínimo detalle para estar súper coqueta.

Hay cosas que sólo las podemos hacer a cierta edad y que luego vamos perdiendo con los años. Ser niña tenía muchas ventajas que luego dejan de existir cuando te conviertes en mujer.

Desde pequeñas crecimos viendo a nuestra madre, hermana mayor, tía o vecina aplicándose máscara de pestañas y abriendo la boca. A mí nunca me pareció un comportamiento extraño, pero siempre tuve la curiosidad de saber por qué a todas nos sucede lo mismo. Es que, en serio, ¿qué sucede con eso? ¿por qué lo hacemos? ¿Habrá alguna explicación científica? ¿Quieres saberlo? ¡Sin dudas!

Dar la vuelta al mundo no es sólo cosa de hombres, algo que, a lo largo de la historia, ha quedado de sobra demostrado, pero no del todo transmitido al resto del mundo. Sin embargo, en pleno siglo XXI, nosotros redescubrimos a esas mujeres que dieron la vuelta al mundo para contaros sus hazañas y experiencias, animando a todas sus futuras sucesoras a plantearse cumplir sus sueños desde ¡ya!