La declaración del exdirector del FBI planteó más dudas sobre si el presidente Donald Trump lo presionó para obstruir la justicia en el caso de Rusia. Analistas indican que esta investigación podría pasar a los comités jurídicos del Congreso, para hacerle frente a estas denuncias.

Como si se tratara de un evento deportivo, cientos de personas se reunieron en bares y restaurantes para ver y comentar el testimonio del exdirector del FBI sobre el presidente Donald Trump. Con comida y hasta cervezas, comentaron lo ocurrido y sacaron sus propias conclusiones.

El congresista demócrata por Illinois señala que le parece preocupante que el entonces director del FBI no confiara en la seriedad del presidente y tuviera que documentar sus reuniones para defenderse en un futuro. Dice que es momento de iniciar una investigación más amplia, y que ''destitución'' será la palabra más utilizada en los próximos días.

El exdirector del FBI aseguró que Rusia utilizó metodologías tratando de forjar la manera en la cual piensa, votan y actúan los estadounidenses. Aseveró que no se trata de republicanos o demócratas, sino de una persecución a los ciudadanos.

El exdirector del FBI explicó que la información giraba en torno a la conversación que sostuvo con el presidente Donald Trump en la Oficina Oval sobre la investigación de Michael Flynn. "Yo iba a salir con mi esposa fuera de la ciudad, así que le pedí a mi amigo: cerciórese de que esto se haga conocer", dijo.

El exdirector del FBI indicó que quien entregó la información al New York Times sobre su reunión a solas con el presidente Trump se enteró por escrito de lo sucedido y que es “posible” que aún tenga una copia del memorando que fue enviado a la prensa. El senador James Lankford le solicitó a Comey exigirle a su “amigo” la devolución de ese documento escrito al considerar que es de suma importancia para la investigación.