A todos nos encantan los piercings en la lengua, nos fascinan. Creo que es de los primeros que cualquier amante de las perforaciones quiere tener. Al menos en mi caso fue así. Cuando me enteré que existían pensé que este adorno era el mejor entre todos por su versatilidad y por lo fácil que es de esconder, además de todo eso de besarse con piercing en la lengua y el sexo en general.

Hay muchas decisiones que han sido mal tomadas y creado arrepentimiento a la hora de hacerse un tatuaje, en muchas personas. Incluso los mismos tatuadores, aunque tenga el cuerpo cubierto de arte, se arrepienten de haberse hecho alguno por su diseño o por la zona donde está.

Suena raro un piercing en la muñeca, pero realmente existen. La verdad es que casi cualquier parte del cuerpo puede ser perforada y adornada con alguna joya de acero inoxidable sin ningún problema.

Los piercings son, técnicamente, heridas que le hacemos al cuerpo, así que como cualquier otra perforación que nos hagamos, así sea por accidente, operación o por adorno, debemos cuidarla para evitar algún problema. Recordemos que las infecciones se pueden volver muy graves y crear muchas complicaciones, así que debemos ser responsables con esto.

Aunque los piercings dentro de la boca tienen unas muy buenas ventajas, como por ejemplo que se curan muy, muy rápido, mucho más que otros ubicados en otras zonas del cuerpo y son fáciles de esconder, son sensuales y además no muy dolorosos al momento de la perforación, también tienen algunos problemas y riesgos para nuestra salud oral.

Cada parte del cuerpo tiene determinado tiempo en sanar completamente luego de ser perforada. En cada caso es distinto el tiempo de espera que tendrás que cuidar la cicatriz y cuánto tiempo en tratamientos tienes que estar para evitar cualquier complicación.