Últimamente en todos lados están los kits " hazlo tú mismo", proponiendo que te perforen en casa como si fuera algo fácil. Y si uno lo piensa, no es algo tan raro pensar que cualquiera puede perforarse a sí mismo: es pinchar y hacer un agujero. Pero si fuera tan fácil no habría profesionales dedicados a este trabajo. Es como proponer que cualquier carnicero opere un apendicitis como un cirujano (sin desmerecer a los carniceros, pero ese no es su trabajo).
El peligro de perforarte a tí mismo

En realidad dicen que hay zonas que no está mal que se las perfore uno, como el lobulo de las orejas, que es una perforación sin mayores complicaciones. Pero no es tan fácil como parece: una aguja y un corcho no evitan la inmensa cantidad de infecciones que se agarran las personas que se hacer sus perforaciones.
Hay que considerar que cuanto más complicado y osado sea el piercing (tanto en su locación como en su estilo), más dificultades habrá. Los piercings situados más cerca de arterias y nervios importantes esenciales para tu salud pueden poner en riesgo tu vida si no sabes como colocarlos.
Además de tener el equipamiento correcto y la experiencia suficiente, el piercer profesonal cuenta con conocimientos que generalmente tú no posees, lo que genera confianza y minimiza los riesgos. En su mayoría, los piercers han pagado bastante dinero para aprender a hacer lo que hacen.
No es tan fácil estirilizar los elementos, ni saber qué cuidados tomar. La garantía que da un piercer profesional no te la da nada.
Así que no seas orgulloso. Si quieres hacerte un piercing ve con quien sí sabe hacerlo.





