Adayanci Pérez Chávez, de 6 años de edad, fue separada de su padre el pasado 12 de mayo cuando, en el momento más crítico de la aplicación de la política de 'tolerancia cero' ordenada por el presidente Donald Trump, ambos fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza tras cruzar a Estados Unidos sin documentos.

El hombre y su hijo no resistieron las duras condiciones del desierto y tuvieron que llamar al número de emergencia para recibir ayuda. Con la asistencia de un globo dirigible de vigilancia, la Patrulla Fronteriza dio con la ubicación exacta de los hombres y los socorrió. Uno de ellos no podía caminar y fue trasladado en camilla, pero murió horas más tarde en un hospital. El hijo de la víctima fue detenido para luego ser deportado.

Un dispositivo tecnológico colocado en el chaleco envía un mensaje a la central cuando el agente que lo lleva recibe un impacto de bala. Además, puede almacenar otro tipo de información como el tipo de sangre del agente o alergias.

Un patrullaje rutinario de autoridades fronterizas a lo largo del Rio Grande en Texas condujo a la detención del grupo de indocumentados, entre los que había 19 familias con un total de 38 miembros, más 14 menores no acompañados y otros dos adultos.

En Laredo, cinco personas perdieron la vida en los últimos días y al menos 10 más murieron en el Valle del Río Grande en medio de un fenómeno climático que se conoce en el sur de Texas como 'la canícula', la temporada más calurosa del año.

El pequeño pueblo del sur de Texas rodeado por el río Grande es un punto muy transitado por inmigrantes que ingresan al país desde México, a pesar de las fuertes políticas migratorias de Donald Trump. En un sólo día la Patrulla Fronteriza arrestó a decenas de ellos en la zona. Provenían de lugares tan disímiles como República Dominicana, México, Brasil o Guatemala. Los números oficiales apuntan a que en 2018 se procesarán más inmigrantes en la frontera sur que en el año anterior.