Gelena Solano

Gelena Solano reportó desde la 'Gran Manzana' que la ciudad, que sufrió los embates más duros de la pandemia, ahora vuelve a llenarse de gente en las calles, tiendas y hasta los salones de belleza. No obstante, la reportera contó a Raúl que, aunque no faltarán los emblemáticos fuegos artificiales, la celebración del Día de la Independencia será muy diferente a la usual para evitar contagios de coronavirus.

Luego de meses de haber estado cerrados los establecimientos de barberías y estéticas, y apenas volver a la 'nueva normalidad', los dueños de estos lugares y los clientes muestran su enojo ante la recomendación que ha hecho la Federación Nacional de Cabello y Belleza. Las personas no solo deberán guardar distancia, sino limitar las pláticas para evitar que sean un punto de reunión y que el coronavirus siga propagándose.

De acuerdo con la reportera dominicana, después de la contingencia sanitaria que azotó a la 'Gran Manzana' ahora el panorama de la ciudad ahora es de calles bastante sucias, inseguridad y falta de policías. Para El Gordo, el alcalde Bill de Blasio ha tenido que ver con la crisis que atraviesa Nueva York.

El 'Rey de la Bachata' recorrió el condado en el que creció en Nueva York para cortarse la barba en su lugar favorito desde la infancia. Además, aprovechó para ayudar a los habitantes de esta comunidad regalando 150 cortes de cabello y otro especial donativo para Boys and Girls Club y así apoyar a los negocios afectados por la pandemia.

Mientras Raúl de Molina criticaba a Gelena Solano y Karina Banda por lo que ordenan en restaurantes de alta cocina, recordó una anécdota especial junto a la cantante mexicana. Lili salió a la defensa de Paquita y sus compañeras señalando el sencillo platillo que no puede faltar en su mesa.

Propietarios de restaurantes en la 'Gran Manzana' se están adaptando a la 'nueva normalidad' y la reportera dominicana nos muestra el panorama que se vive en el Bajo Manhattan, el cual ha adquirido un aspecto europeo, gracias a las mesas al aire libre. Por el contrario, los restauranteros en el Alto Manhattan continúan en crisis y algunos perdieron por completo sus negocios.