La labor de estos vigilantes es asegurarse de que los estudiantes tengan un trayecto óptimo hacia escuelas y viviendas. El proyecto recibe fondos por parte de CPS para contratar a personas, principalmente padres de familia, que se ocupan de observar y proteger los planteles y sus alrededores.

Ante el creciente número de incidentes registrados en vías de la ciudad, se dio inicio a una jornada en la que se analizó el respeto que la comunidad tiene por las señales de tránsito. Además, trabajadores de la ciudad estuvieron entregando volantes y dando recomendaciones de seguridad a los transeúntes.

Desde muy tempranas horas, cerca de 77,000 alumnos fueron transportados en 1,200 buses a sus respectivas instituciones educativas para arrancar el periodo académico. El superintendente Robert Runcie aseguró que los menores estarán seguros en las escuelas y harán parte de completos planes de aprendizaje.

El pasado mes de mayo un juez ordenó que la clínica se mantuviera activa. Sin embargo, para conseguir la clausura del edificio, sus dueños aseguraron estar en bancarrota. Residentes de Melrose Park esperan que la empresa Pipeline, propietaria del lugar, tenga que mantener las instalaciones en funcionamiento para la comunidad.

Los habitantes aseguran sentirse frustrados, pues desde el pasado viernes la compañía encargada de la recolección de desperdicios no ha hecho su labor. Esta acumulación, dicen, ha generado malos olores y presencia de plagas. Sin embargo, la empresa manifiesta que no ha podido recogerla porque hay colchones y sillas, y que ellos no se encargan de recolectar esos artículos.

A las afueras del lugar se reunieron usuarios y trabajadores para manifestarse en contra de los dueños del hospital que se declararon en bancarrota para conseguir su clausura. Este miércoles habrá una audiencia en la que se decidirá si procede o no una impugnación de la ciudad.