"Debemos evitar sucumbir a la infección antidemocrática, entendiendo bien a lo que nos enfrentamos: un virus peligroso y, también, una fatiga contagiosa. Ambas afectan a la salud: la pública y la democrática. Son inseparables".
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El coronavirus también ataca al corazón de la acción colectiva; debilita la presencia de los cuerpos en el espacio público e imposibilita a los ciudadanos y ciudadanas a manifestarse masivamente para visibilizar sus demandas. En estas circunstancias,
el nuevo activismo se reinventa porque quiere seguir impactando en la ciudadanía".
Las huellas digitales son cada vez más extensas en nuestra vida. La obtención de datos para la toma de decisiones se cristaliza en una nueva geopolítica de los datos, donde el control de la información funciona como mecanismo de empoderamiento de las nacionales.
Existen ciertos riesgos en esta nueva etapa para los demócratas. Su rol en el legislativo debe ser pensado de cara a las próximas presidenciales sin caer en el electoralismo. Esto significa que deberán elegir bien los temas en los que deben focalizar sus esfuerzos más allá de utilizar su mayoría para investigar a Donald Trump.
La esperanza de los demócratas en los boricuas tiene diversas razones. Una de ellas, además de la potencia que han conseguido los candidatos latinos demócratas en todo el país y el despliegue de los votantes latinos al registrarse, es que la Florida se caracteriza por la facilidad de cambio en los resultados por márgenes mínimos.
Cuanto más reflexionamos sobre nuestros deberes cívicos, más alicientes tenemos para ir a votar. Para ayudar en eso desarrollamos esta herramienta de orientación electoral, para que el votante hispanohablante de Florida o Texas se informe y reflexione a la hora de sufragar en estas elecciones de mitad de período.
Las bases demócratas están dando la espalda a los candidatos del 'establishment' para dar paso a nuevas caras, a mujeres y a representantes de minorías
En su esfuerzo de campaña permanente, el presidente de EEEUU lleva a los medios y a sus contrincantes políticos al terreno del conflicto, donde él se mueve con comodidad. ¿Se repetirán los errores del 2016?
A lo largo de su primer año de gobierno Donald Trump ha conseguido que la presidencia pierda sus atributos fundamentales: la previsibilidad y el orden. Sin una estrategia política y racional, con la valoración popular más baja entre las registradas y su clara debilidad por la provocación, se ha convertido a sí mismo en un factor más de riesgo para la seguridad nacional.
El presidente de Estados Unidos se opone a la idea que Barcelona y su región salgan de España. Pero en las calles de la ciudad catalana crecen las protestas y este domingo 1 de octubre pretenden votar en referéndum.
Pedir perdón es terapéutico y es la primera culpa que se paga en la condena de la sociedad de audiencias en la que vivimos. Como han aprendido esta semana Sean Spicer y el CEO de United Airlines, pedir perdón no es lo mismo que disculparse y, para que sea creíble y efectivo, este acto reclama contrición, arrepentimiento y vergüenza. Y cambios, muchos cambios.
El sarcasmo y la irreverencia podrían ser una herramienta tan demoledora como el buen trabajo de reporteros y editores a la hora de enfrentar un gobierno con tendencias autoritarias.
Aprovechando un horario 'prime time' el mandatario ofrece a FoxNews una entrevista en medio del evento deportivo más visto en EEUU. Ocurre en un fin de semana en la que un juez paró su orden ejecutiva para frenar el ingreso de refugiados e inmigrantes de 7 países.
Su pretensión de responder solo ante el pueblo norteamericano, ignorando al poder legislativo y judicial es una bomba. No es política, es puro populismo.
La entrevista en la Casa Blanca tuvo una cuidada coreografía. Las sillas dispuestas de cierta manera. Los dos líderes proyectando mucho más de lo que decían ante la cámaras.
Trump ha ganado. Pero, además, ha humillado a su rival, a sus correligionarios, a sus adversarios y a la mayoría de los analistas. Su victoria es una lección… y un tsunami.
“Los jóvenes, al parecer, se estarían inclinando por Clinton o Trump, pero no porque alguno de ellos les guste realmente, sino porque el otro les gusta menos. La opción del mal menor parece imponerse”.
En este debate, la gesticulación y los movimientos del candidato republicano se impusieron al discurso de su adversaria en el escenario. Hillary no ha estado cómoda.