De la supuesta “asociación” entre el autismo y el Tylenol a “los amish y Cuba prácticamente no tienen autismo”: verificamos la conferencia prensa de Trump y Kennedy Jr.

El presidente y el secretario de Salud hablaron sobre las tasas de autismo, los casos en grupos específicos, la supuesta “inducción artificial” de la condición y una inexistente “epidemia” del Trastorno del Espectro Autista. En elDetector pasamos la lupa por todas esas afirmaciones.

Video En un minuto: Médicos critican la vinculación de Trump del autismo con el uso de acetaminofén

“No sabemos qué tan amplio es el espectro. No sabemos exactamente dónde empieza y dónde termina, pero sabemos por lo que estamos pasando. Estamos pasando por un problema muy serio”, dijo el presidente Donald Trump sobre el autismo en una conferencia de prensa en la que, junto al secretario de salud, Robert Kennedy Jr., pidió, sin aportar evidencias concluyentes, que las mujeres embarazadas no tomen el analgésico Tylenol (uno de los nombres comerciales del acetaminofén o paracetamol) por una posible vinculación entre el medicamento y el desarrollo de autismo.

Durante la conferencia de prensa, las autoridades no presentaron un estudio único o concluyente para sustentar la recomendación de que no se ingiera Tylenol y, de hecho, el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), Martin Makary, afirmó que también hay investigaciones que señalan lo contrario. Un estudio reciente “revisó toda la literatura existente y encontró un conjunto abrumador de evidencia que apunta una asociación [entre el medicamento y el desarrollo de autismo]. Claro, podrás encontrar un estudio que demuestre lo contrario. Así funciona la ciencia”, dijo.

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Como ya mencionamos: no presentaron evidencias, ni nueva información concluyente.

No es la primera vez que el presidente o el secretario Kennedy hacen afirmaciones faltas de contexto o sin evidencias sobre las posibles causas del autismo o las razones de la mayor prevalencia de casos. De acuerdo con la evidencia científica disponible, no hay una causa única: hay posiblemente componentes genéticos, e incluso ambientales; y también hay que considerar que en los últimos años ha mejorado la identificación temprana y, por extensión, el número de casos registrados.

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Trump: “El acetaminofén, que es conocido como Tylenol, durante el embarazo puede estar asociado con un aumento significativo de riesgo de autismo”. ENGAÑOSO.

Distintas organizaciones vinculadas al acompañamiento del autismo y la salud materno-fetal destacan que, aunque diferentes estudios sugieren posibles asociaciones entre el autismo y el uso de acetaminofén en las mujeres embarazadas, no se ha demostrado, a la fecha, una causalidad directa (algo que incide directamente en otra cosa). Por tanto, resulta engañoso decir que ese posible vínculo podría estar asociado a un “aumento significativo de riesgo de autismo” . Esto último no está sustentado.

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Diferentes estudios disponibles usan términos como: correlación (una variable que está causalmente relacionada con otra), asociación (dos cosas que están relacionadas o conectadas entre sí) y mayor riesgo (la predicción de un daño probable), para referirse al vínculo entre el consumo de acetaminofén en el embarazo y el autismo y como ya mencionamos, ninguno es concluyente.

El portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jašarević, afirmó que “las pruebas siguen siendo inconsistentes”, cuando se le preguntó este martes 23 de septiembre en rueda de prensa sobre la posible relación entre el uso del acetaminofén durante embarazo y el autismo, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

Autism Speaks, una organización para la defensa, los servicios, el apoyo, la investigación y la innovación en las personas con autismo, compartió con elDetector una respuesta a las declaraciones del gobierno de este lunes 22 de septiembre de 2025. “Aunque algunos estudios observacionales han sugerido posibles asociaciones entre el Tylenol (también conocido como paracetamol) y el autismo, es importante señalar que no han demostrado –hasta la fecha– la causalidad, que sabemos que está influida por muchos otros factores, como la genética, la salud de los padres y el medio ambiente”.

Por su parte, la Sociedad de Medicina Materno Fetal de Estados Unidos (SMFM, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que reafirma que el paracetamol o acetaminofén “es un medicamento apropiado para tratar el dolor y la fiebre durante el embarazo […]. Para ser claros, SMFM respalda nuestra recomendación de que no se ha demostrado que el uso de acetaminofén durante el embarazo cause o aumente el riesgo de autismo u otros problemas neuroconductuales en los niños”, agrega.

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La Coalición de Científicos Especializados en Autismo, un grupo de expertos creado en 2025 para “dar respuesta a las acciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que buscan desestimar décadas de investigación sobre el autismo”, también reaccionó a las declaraciones del gobierno. “La conferencia de prensa del 22 de septiembre [de 2025], celebrada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU, nos alarma a los investigadores que dedicamos toda nuestra carrera a comprender mejor el autismo. Los datos citados no respaldan la afirmación de que el Tylenol causa autismo”, se lee.

Días antes a la declaración de Trump y Kennedy Jr., el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) había emitido una declaración en la que aseguraban que el acetaminofén sigue siendo una opción segura y confiable para aliviar el dolor durante el embarazo. “No hay que asustar a las pacientes embarazadas con los muchos beneficios del paracetamol, que es seguro y una de las pocas opciones que tienen las embarazadas para aliviar el dolor”.

Pese a las declaraciones del presidente Trump y del secretario Kennedy, la FDA emitió una declaración en la que deja a discreción de los padres el uso del acetaminofén durante el embarazo.

“El principio de precaución puede llevar a muchas personas a evitar el uso de acetaminofén durante el embarazo, especialmente porque la mayoría de los casos de fiebre baja no requieren tratamiento. Sin embargo, sigue siendo razonable que las mujeres embarazadas usen acetaminofén en ciertas situaciones”, se lee en la declaración.

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La FDA cita dos estudios, uno de uso frecuente del acetaminofén durante el embarazo y su vinculación con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH, otra discapacidad intelectual distinta al autismo) y otro de exposición intrauterina al paracetamol con el riesgo de trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno del espectro autista. Ambos muestran la posible vinculación, pero aclaran que existen otros estudios que contradicen la afirmación.

“En cuanto a la evidencia, no hay una asociación causal entre el uso de acetaminofén durante el embarazo y el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico, incluido el autismo", dijo Brian Lee, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Dornsife de la Universidad de Drexel a FatcCheck.org, aliado de elDetector.

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El Dr. Ilan Shapiro, director médico de Altamed, dijo, entrevistado en Noticias Univision , que parte de lo que más le preocupa de las declaraciones del gobierno es el miedo en los padres. “Mi mejor recomendación es que platiquen con su médico”, señaló.

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Según Trump, Cuba y los amish “prácticamente no tienen autismo” porque no usan Tylenol u otros medicamentos. FALTA CONTEXTO.

Las razones para que las tasas de autismo sean “bajas” en esos grupos, son diferentes a las que dio el mandatario republicano.

A la afirmación del presidente Trump de que en Cuba y entre los amish “prácticamente no tienen autismo”, le falta este contexto: tanto en la isla caribeña como en la cultura amish sí hay tasas de autismo, aunque efectivamente más bajas por diferentes razones.

En el caso de los amish es porque evitan, de acuerdo a sus costumbres, evaluaciones médicas. Y en el de los cubanos, porque los registros son diferentes ya que no se dispone de recursos para los estudios de prevalencia debido al bloqueo económico de la isla, según Autism Spectrum News, una organización sin fines de lucro que informa sobre la condición.

Ahora bien, en cuanto a los casos de autismo entre la comunidad amish, sí existen, pero es difícil cuantificarlos, precisamente, porque los diagnósticos se suelen hacer con especialistas a los que, generalmente, evaden asistir.

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Braxton Mitchell, epidemiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y que también ha estudiado las comunidades amish, dijo a The Associated Press que el autismo sí ocurre entre sus miembros.

Una investigación de 2008, publicada en la Revista de Autismo y Trastornos del Desarrollo da cuenta de que la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista en la población amish de Pensilvania era comparable a la reportada en otras poblaciones, lo que desmiente el mito de tasas significativamente más bajas, según cita la revista Newsweek.

Un artículo de 2010 de la Sociedad Internacional para la Investigación del Autismo (INSAR, por sus siglas en inglés) determinó que el autismo era menos frecuente en las comunidades amish que en todo Estados Unidos, pero que se necesitaban más estudios para determinar qué papel tenían las “normas y costumbres culturales” en las cifras y también revisar posibles implicaciones genéticas. El texto da cuenta de una prevalencia de 1 en cada 271 casos, en la evaluación de 1,899 niños entre septiembre de 2008 y octubre de 2009.

Como comentamos más arriba, en los últimos años la identificación de personas con TEA ha crecido por un mayor conocimiento del trastorno.

Sobre Cuba, portales informativos de esa isla detallan que la prevalencia es de 0.4 por cada 10,000 niños. El 2 de abril de 2025, Día de la Concienciación sobre el Autismo, el gobierno cubano dio a conocer que tienen un registro de 3,500 personas dentro del espectro autista y situó la tasa de prevalencia en 0.36 de cada 1,000 personas. Estas cifras no están claras ni pueden verificarse independientemente, pero Autism Spectrum News aclara que “el autismo en Cuba debe analizarse desde la perspectiva cubana”.

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“Históricamente, [...] realmente no hubo una gran necesidad visible de que los cubanos (en particular, su entidad supervisora, el Ministerio de Salud) implementaran grandes recursos en la programación del autismo; hasta 2010-2012, cuando comenzaron a recibir informes de números mayores de sus escuelas y consultorios pediátricos (el primer grupo de niños con el que comenzaron a trabajar ahora tiene 16 años)”, se lee en un artículo de Autism Spectrum News, firmado por Michael John Carley, facilitador del programa “Conexiones” de la Universidad de Nueva York.

Sobre el Tylenol, las respuestas suelen ser más simples: los amish suelen llevar un estilo de vida natural, por lo que usan, principalmente, medicinas naturales para las dolencias menores, según explica el portal oficial Ohio’s Amish Country . “Algunas recomendaciones se consideran medicina popular e incluyen prácticas de sanación por la fe, tratamientos herbales y otros remedios médicos no tradicionales”, detalla el sitio web.

En 2023, el diario Granma, medio oficial del gobierno cubano, reportaba escasez de paracetamol ( Tylenol). En 2025, no hallamos registros sobre cuál es la situación, pero la escasez de medicinas en la isla es una constante que hace que distintos tipos de medicamentos de consumo frecuente en Estados Unidos y otros países no estén tan a la mano de los cubanos.

El presidente repitió su afirmación de que cree que hay algo “artificial” que causa el autismo: “Están [las mujeres embarazadas] tomando algo”. NO HAY EVIDENCIAS.

Diferentes instituciones como el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos (NIEHS, por sus siglas en inglés), la Clínica Mayo y MedLine Plus, un sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, coinciden en que no se conoce la causa exacta del autismo, y que no hay, por ahora, una causa única que se pueda señalar.

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Ya en mayo de 2025, el presidente había sugerido lo de la inducción artificial, y en elDetector lo verificamos.

El NIEHS no menciona entre las posibles causas el consumo o la exposición a un factor artificial, en contraste la ciencia sí ha encontrado “cambios genéticos raros”, o mutaciones en las personas con autismo, “lo que sugiere un componente genético”. Algunos de los factores genéticos incluyen: padres mayores, un gemelo o hermano con autismo, u otras condiciones como el síndrome de down, síndrome X frágil (una discapacidad intelectual hereditaria) y el síndrome de Rett (un trastorno del desarrollo del cerebro).

Ese instituto también afirma que está tomando auge el área de investigación de que otros factores “ambientales”, en interacción con los factores genéticos, podrían incidir en la condición, tales como: exposición prenatal a la contaminación del aire o a ciertos pesticidas, obesidad materna, diabetes o trastornos del sistema inmunitario, prematuridad extrema o muy bajo peso al nacer. En ningún caso se apunta a una sola causa externa y “artificial”.

El secretario Kennedy dijo que hay una “epidemia” de autismo. FALSO.

Es falso que ahora haya más casos de autismo y que eso se traduzca en una “epidemia”. Si bien la tasa de prevalencia (número de personas de una población que padece una afección en relación con el total de la población) actual es de 1 de cada 31 niños menores de 8 años, no quiere decir que haya más casos, sino que se conoce más sobre la condición y se están haciendo diagnósticos más temprano.

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“Más niños nacidos en 2016 recibieron un diagnóstico de TEA o una clasificación de educación especial a los 4 años de edad, en comparación con los niños nacidos en 2012, lo que sugiere un progreso en la identificación temprana de TEA a lo largo del tiempo”, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Un estudio publicado en Jama Network, una revista científica de renombre, el 30 de octubre de 2024, demuestra con números que el número de niños y adultos diagnosticados en Estados Unidos con TEA en la última década ha sufrido un aumento de 175%, pero es precisamente por eso: más y mejores diagnósticos.

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