Melania Trump vs. Premios Oscar: la primera dama se estrena como maestra de ceremonias en la Casa Blanca

Melania Trump es una primera dama ausente: prefiere vivir en Manhattan con Barron, el hijo que tuvo con Donald Trump, y ha recibido críticas por su presencia casi nula en la Casa Blanca. La primera vez que recibió a un líder en la mansión ejecutiva fue a mediados de febrero, cuando acudió el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

Esta noche, sin embargo, los focos de Washington D.C. estarán sobre ella. La primera dama se estrena como maestra de ceremonias con la cena de los gobernadores, un evento tradicional de la Casa Blanca al que acuden los líderes de los 50 estados del país.

Se desarrolla en el marco de la reunión de invierno en Washington D.C. de la Asociación Nacional de Gobernadores (NGA, por sus siglas en inglés).

El glamoroso encuentro será la primera gran cita social que Melania organiza en la mansión ejecutiva. La presión para que la cena salga bien suele ser alta, según expertos involucrados en la organización de la cena.

Laura Dowling, quien fue la diseñadora floral de la familia Obama durante seis años, dijo a CNN que el Baile de los Gobernadores es “uno de los eventos sociales más importantes que se celebran en la Casa Blanca todos los años”.

“Tanto por su alcance, estilo y requisitos de planificación, está solo un paso por debajo de la Cena de Estado en cuanto a la complejidad de su organización”, afirmó a la cadena de televisión.

¿Trump ignorará los Oscar?

La pregunta es si Donald Trump logrará centrar su atención en la gala y controlar sus impulsos a la hora de responder a los esperados dardos que Hollywood le lanzará esta noche. En otras oportunidades, no se ha aguantado las palabras.

En enero, cuando Meryl Streep lanzó una de las críticas públicas más duras contra el presidente en los premios Globos de Oro, Trump descalificó a la galardonada actriz por Twitter.

“Meryl Streep, una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood, no me conoce pero me atacó anoche en los Globos de Oro. Es una…” continúa el tuit, dando pie a sus seguidores para completar el mensaje.

Trump, una estrella de la telerrealidad devenida en presidente, solía ser un aficionado a comentar la ceremonia de los Premios Oscar en las redes sociales, a menudo empleando el mismo estilo irreverente y desvergonzado que caracterizó su irrupción en la política.

En 2015, por ejemplo, opinó sobre la falta de “glamour y “misterio” en los Oscar. Arremetió contra Barack Obama, afirmando que los premios eran “un chiste lamentable”, tal como el “presidente”. Tras el triunfo del director mexicano Alejandro Iñárritu, tuiteó: “Los Oscar fueron una gran noche para México y por qué no, están saqueando a Estados Unidos más que cualquier otra nación”.

Disgustado con lo que vio, Trump hizo una propuesta en Instagram: “Los premios de la Academia fueron absolutamente terribles”, aseguró en un video publicado en la red social. “Terrible, aburrido, fea puesta en escena, todo. Tengo el anfitrión perfecto para el próximo año: yo”. Su oferta nunca llegó a concretarse.

Este año, en una edición que se espera tenga un fuerte enfoque político contra su gobierno, el presidente tiene una excusa para ignorar la ceremonia.

Al menos eso anticipó el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, cuando periodistas le preguntaron si creía que las estrellas de Hollywood iban a seguir los pasos de Meryl Streep con su discurso en los Globos de Oro.

“No tengo idea, este es un país libre”, respondió, para luego agregar: “Hollywood es conocido por tener opiniones de izquierda”.

Spicer estimó que Trump iba a tener otras preocupaciones en mente este domingo por la noche.

“El presidente va a ser el anfitrión del Baile de los Gobernadores”, afirmó. “La primera dama ha dedicado mucho tiempo a este evento para dar la bienvenida a los gobernadores de nuestra nación a la capital. Tengo la sensación de que el presidente y la primera dama estarán enfocados en eso el domingo”.