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Tres exfuncionarios de la campaña de Trump son los primeros acusados por la investigación del Rusiagate

Dos exasesores del presidente y un exasociado comercial de uno de ellos son las primeras personas imputadas como parte de la investigación que el fiscal especial Robert Mueller lleva sobre el Rusiagate. Fueron acusados de lavado de dinero, por actuar como agentes de un gobierno extranjero y por mentirle a las autoridades federales de EEUU.
30 Oct 2017 – 08:17 AM EDT
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Tres exasesores de la campaña que llevó a la presidencia a Donald Trump son las primeras personas acusadas por un gran jurado en el marco de las investigaciones que el fiscal especial Robert Mueller lleva adelante por el Rusiagate. Uno es Paul Manafort, ex jefe de la campaña del presidente Donald Trump, que se entregó este lunes al FBI al igual que uno de sus socios, Rick Gates. Ambos fueron imputados por conspirar contra Estados Unidos, lavado de dinero, actuar como agentes de un gobierno extranjero y varios otros delitos relacionados con no reportar cuentas bancarias en el extranjero.

El tercero es uno de los consejeros de política exterior de la campaña de Trump, George Papadopoulos. Este lunes se dio a conocer que se declaró culpable –este mes– de mentirle al FBI durante una entrevista que le hicieron en enero para indagar sobre sus contactos con un profesor extranjero que tenía lazos con funcionarios del Kremlin.

Mueller asegura en la acusación contra Manafort –que no inculpa a la campaña de Trump– que lavó más de 18 millones de dólares producto de sus asesorías a otros gobiernos en la compra de propiedades, bienes y servicios en Estados Unidos. "Manafort usó su dinero escondido en el extranjero para llevar un estilo de vida de lujos en los Estados Unidos sin pagar impuestos sobre ese ingreso", se lee en la acusación. En el caso de Gates, denuncia que transfirió más de tres millones de dólares desde sus cuentas en el exterior a otras que él mismo controlaba.

Ambos están imputados también por dar falsos testimonios: "Como parte del esquema, Manafort y Gates en distintas ocasiones dieron información falsa a contadores financieros, de impuestos y a consejeros legales".

Entre otras cosas, la acusación detalla distintas transferencias millonarias desde el extranjero para costear servicios específicos. Por ejemplo, una transferencia de Manafort por 12 millones de dólares desde cuentas en el exterior para pagar gastos personales –incluyendo casi cinco millones y medio de dólares en renovaciones de una vivienda en Hamptons, Nueva York–.

Además, explica que tanto Manafort como Gates actuaron como consultores políticos y lobistas de gobiernos extranjeros al menos desde 2006 y hasta 2016 sin informar al gobierno estadounidense y generando "decenas de millones" de dólares que ocultaron en cuentas bancarias en Chipre, San Vicente y las Granadinas y en Seychelles. "Actuaron sin registrarse como agentes del gobierno de Ucrania, el Partido de las Regiones (un líder ucraniano del partido político de Víctor Yanukovych, que fue presidente desde 2010 a 2014), de Yanukovych y del bloque opositor", dice el documento.

El abogado de Manafort, Kevin Downing, calificó de "ridículas" las acusaciones en una breve aparición ante los medios.

Por su parte, en su rueda de prensa de este lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que los señalamientos se remontan a mucho tiempo atrás, antes de que comenzara la campaña, tal como había tuiteado el mandatario en la mañana.

"El anuncio de hoy no tiene nada que ver con el presidente y nada que ver con la campaña del presidente o la actividad de la campaña", dijo. "El verdadero escándalo de colusión tiene que ver con la campaña de Clinton y (la empresa) Fusion GPS y Rusia", afirmó Sanders, quien además dijo que hay "clara evidencia de que ellos (los demócratas) coludieron para difundir información y calumniar al presidente".

"Hemos estado diciendo desde el primer día que no hay evidencia de colusión entre Rusia y Trump, y lo de hoy no cambia eso".

En 2005, señala la acusación, Manafort creó Davis Manafort Partners Inc. (DMP) para dar servicios de consultoría política y con empleados en Estados Unidos, Ucrania y Rusia. Más tarde, en 2011, creó DMP International, LLC, para atender a clientes extranjeros, en particular al gobierno ucraniano y al Partido de las Regiones. En ambas organizaciones Gates fungió como mano derecha del ex jefe de campaña de Trump.

Juntos registraron en los estados de Delaware, Florida y Virginia casi una veintena de empresas con las que condujo una campaña a favor del gobierno ucraniano tanto en Estados Unidos como en Europa. También registró otra docena de compañías en Chipre, dos en las Granadinas y una más en Reino Unido.

Manafort y Gates se presentaron ante la magistrada Deborah A. Robinson este lunes, tras lo cual se declararon "no culpables" de los cargos. Se les impuso arresto domiciliario.

Sin embargo, el caso fue asignado a la jueza del Distrito de Columbia, en Washington, Amy Berman Jackson, de 63 años, nominada para el puesto por el expresidente Barack Obama. El cargo de lavado de dinero, el más grave por el que fueron imputados, conlleva una pena de prisión de hasta 20 años.

La caída de Manafort


Manafort ha estado bajo investigación por violaciones a la ley federal de impuestos, lavado de dinero y tras cuestionamiento sobre sus actividades de cabildeo con gobiernos extranjeros desde que salió abruptamente de la campaña de Trump en 2016. En ese momento se dieron a conocer sus negocios con el gobierno pro Moscú de Ucrania y sus labores como lobista en Washington a favor de esa administración sin documentarlas ante las autoridades.

En junio de este año, cuando se inscribió en el Departamento de Justicia como agente extranjero por esos trabajos, indicó en un documento de 87 páginas divulgado por medios que su empresa, DMP International, recibió entre 2012 y 2014 más de 17 millones de dólares del Partido de las Regiones, un partido prorruso de Ucrania que estuvo en el gobierno.

En el periodo que recoge el informe –antes de que trabajara para la campaña de Trump– detalla sus gestiones junto con su socio Rick Gates para mejorar la imagen del presidente ucraniano pro-ruso Viktor Yanukovych, que dejó el país en 2014 y se refugió en Rusia tras las protestas de distintos sectores de la sociedad descontestos con su gestión.

Desde mayo de 2017, Mueller dirige la investigación sobre la intromisión rusa en el proceso electoral estadounidense. Su nombramiento se produjo poco después de que el presidente Donald Trump despidiera abruptamente al exdirector del FBI, James Comey, quien conducía las pesquisas del caso que él mismo abrió en 2016 en plena campaña.

La elección de Mueller fue realizada por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, porque el fiscal general Jeff Sessions tuvo que recusarse de la investigación luego de que se supiera que había tenido contactos con el embajador ruso cuando era miembro de la campaña de Trump.

La comunidad de inteligencia de EEUU concluyó en enero, pocos días antes de que el expresidente Barack Obama saliera del cargo, que Rusia interfirió en la elección para intentar ayudar a Trump a derrotar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Trump y su campaña han negado las acusaciones de colusión con Rusia y ha dicho que las investigaciones e informes periodísticos son una "cacería de brujas". Moscú también ha negado las acusaciones.

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