Una escena insólita ocurrió este miércoles en una corte federa de Arkansas: un narcotraficante testificó en contra del agente antinarcóticos al que le pagaba sobornos para que protegiera sus cargamentos de droga. La colaboración del capo fue esencial para cerrar el caso con una sentencia a 11 años de prisión.
El insólito caso del jefe narco que testificó contra un agente de la DEA
Un narcotraficante le entregó sobornos por al menos 31,500 dólares a cambio de información policial que le facilitó sus operaciones ilícitas. Más tarde se volvió un informante del FBI y grabó una reunión que tuvieron en Las Vegas.

Nathan Koen, de 45 años, ingresó en 2002 a la Administración para el Control de Drogas (DEA) y en 2016 fue transferido para trabajar como supervisor de grupo en Jacksonville, Florida.
Según la acusación, Koen aceptó sobornos por al menos 31,500 dólares que le entregó “un conocido traficante de drogas a gran escala” para facilitar sus operaciones de distribución de heroína, cocaína, metanfetamina, fentanilo y marihuana.
Este exagente de la DEA se reunió con el capo, cuya identidad se mantiene oculta por razones de seguridad, poco antes de que lo arrestaran y lo vio una vez más durante la audiencia de sentencia que se realizó este martes y miércoles. Allí detalló cómo recibía información confidencial de las agencias del orden, lo cual le ayudó a realizar sus actividades ilícitas sin contratiempos.
El narcotraficante, quien se encuentra bajo custodia federal, contó que estaba en una prisión por otra acusación por venta de droga en 2013 y 2014, cuando otro recluso le recomendó contactar a Koen para volverse su informante. Ya que se resolvió su caso y salió libre, retomó las riendas de su organización.
Esa vez, mientras le enviaba dinero a Koen a cambio de protección, su grupo delictivo prosperó en Florida, California, Arkansas y otros lugares.
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Una reunión espiada en Las Vegas
Para 2018, cuando el Buró Federal de Investigaciones (FBI) comenzó a seguirle los pasos a Koen, el capo se volvió informante de esa agencia policial y acordó entregarle un soborno bajo su vigilancia para tener evidencia en su contra. Sucedió en Las Vegas, Nevada, el 3 de diciembre de 2018.
El traficante se presentó a la reunión, en la banqueta frente al hotel Bellagio, con 9,000 dólares en efectivo y varios dispositivos de grabación de audio. Caminaron juntos hasta el hotel Paris, donde entraron a un baño lejos de las cámaras del casino. Allí el informante colocó el dinero en la mochila del agente antinarcóticos y salieron del lugar, cada uno en diferentes direcciones.
- ¿Hiciste que esto valiera la pena?, preguntó Koen al capo, según los fiscales.
- Vamos, hombre, sabes que siempre hago que valga la pena para ti, le respondió el otro.
- Lo sé, sentenció el oficial de la DEA.
Koen también le aconsejó al narcotraficante debería deshacerse de todos sus teléfonos y cambiar su dirección porque esperaba que pronto se ejecutara una orden de registro en su casa. Sucedió lo contrario: al volver a Arkansas ese día, agentes federales arrestaron a Koen y este admitió que estaba aceptando sobornos del informante del FBI.
En noviembre de 2019, un gran jurado federal le interpuso un cargo de conspiración para poseer con la intención de distribuir heroína, cocaína y metanfetamina, y otro de aceptar soborno siendo un funcionario público.
Casi dos años después se declaró culpable del delito de soborno a cambio de que los fiscales desecharan el cargo relacionado con drogas, por el cual enfrentaba una condena de hasta cadena perpetua.
"Al proteger una organización de tráfico de drogas y aceptar sobornos de un capo de la droga, el ex supervisor de grupo Nathan Koen engañó y traicionó a sus hermanos y hermanas en la DEA", dijo el agente especial a cargo del FBI en Little Rock, James A. Dawson, en un comunicado.
“Su conducta vergonzosa y corrupta solo fortalece nuestra determinación de continuar atacando la corrupción en todos los niveles”, agregó el funcionario.
Anne Milgram, administradora de la DEA, expresó sobre este caso: “La sentencia de hoy (miércoles) refleja el compromiso de la DEA de responsabilizar a cualquier empleado de la DEA que abuse de la confianza del pueblo estadounidense al violar su juramento como agente de la ley federal”.
Al salir de prisión, Koen deberá cumplir otro castigo a dos años bajo libertad supervisada.


























