Padrino López, el superministro militar del gobierno de Maduro

El Ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, ha sido ángel y demonio, según los rumores del momento. Pero algo sí está absolutamente confirmado: el general en jefe del Ejército es uno de los hombres más poderosos en la historia de la revolución chavista.
“ Todos los ministros y ministras, todas las instituciones del Estado quedan bajo el orden y la subordinación absoluta del Comando Nacional de la Gran Misión Abastecimiento Seguro, bajo el mando del Presidente de la República y bajo el mando del general en jefe, Vladimir Padrino López, a partir de este momento”, decretó el lunes 11 de julio el presidente Nicolás Maduro en cadena de radio y televisión.
Maduro, que acaba de ratificar como titular de Defensa y comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional a Padrino López, ahora lo coloca al frente del plan que busca derrotar la escasez de productos básicos y le otorga pleno control sobre la estructura gubernamental.
“No es un asunto de militarizar, no me gusta el militarismo, se trata de poner un poco de disciplina”, declaró el alto oficial del Ejército tras asumir su nueva responsabilidad como jefe de la Gran Misión Abastecimiento Seguro. Sin embargo, más allá de su intervención en materia económica, lo que está por verse es el alcance de su influencia en la arena política.
Muy rojo
“Soldado bolivariano, decidido y convencido de seguir construyendo la patria socialista”. Así se presenta en su cuenta de la red social Twitter (@vladimirpadrino) el general en jefe, nacido en Caracas el 30 de mayo de 1963.
En su discurso ante la Asamblea Nacional en la conmemoración de la independencia en 2014, Padrino López manifestó su profunda admiración por el fallecido presidente Hugo Chávez. “Chávez no es un partido político, Chávez no es una entelequia. Chávez es una doctrina militar, política, económica. ¡Eso es Chávez!”, exclamó entre aplausos y cerró sus palabras diciendo: “Seamos como Bolívar, seamos como Chávez”.
Meses antes de leer este mensaje en el Parlamento, el ministro estuvo en el centro de una agria polémica. Las protestas callejeras contra Maduro entre febrero y mayo de 2014, que concluyeron con 43 muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos, aumentaron las denuncias contra la Fuerza Armada por violaciones de derechos humanos.
“Estamos actuando bajo el estado de derecho y ningún soldado nuestro ha recibido la orden de maltratar a nadie o de vejar o de acabar con la vida de un venezolano”, respondió a las críticas Padrino López. En aquella oportunidad, dijo: “Me resisto a la idea de la militarización del país, nosotros solo participamos en el desarrollo nacional”.
En agosto de 2015, Maduro sorprendió al revelar que había “ordenado” al general en jefe que tomara reposo por un problema de salud que jamás identificó. “Él cumple una orden que le he dado, está en fase de recuperación. Le he dado la orden expresa de que descanse, que esté tranquilo, que se recupere, que lea bastante, que estudie, es un gran ser humano, es un gran venezolano, general en jefe Padrino López, y es un extraordinario soldado bolivariano y chavista, leal hasta más allá de las lealtades, a la revolución, al pensamiento, al legado del comandante Chávez”, abundó el mandatario nacional.
La versión extraoficial indicaba que el ministro padecía cáncer, enfermedad de la que murió Chávez el 5 de marzo de 2013. El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, negó los rumores. “Está muy bien, está en un tratamiento médico, tiene que guardar reposo”, explicó Cabello sin más detalles.
Padrino López reapareció en escena en unas fotos que lo mostraban conversando en La Habana con el exgobernante cubano Fidel Castro, ambos vestidos con ropa deportiva, el 5 septiembre de 2015. Por esas imágenes, donde aparece sonriendo y oyendo atentamente al líder antillano, el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup, le acusa de estar “postrado” ante el régimen castrista.
¿Lado bueno?
Nadie duda que Padrino López es chavista. Su fidelidad a la revolución bolivariana fue puesta a prueba el 11 de abril de 2002, cuando al frente de un batallón de infantería en Caracas se mantuvo del lado de Chávez.
Pero la noche de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015 todo cambió. Muchos de aquellos que lo tachaban de “villano”, ahora lo exaltaban como “héroe”. Las redes sociales bullían al calor de un comentario que, de tanto repetirse, prácticamente se convirtió en una verdad incontrovertible: el Ministro de la Defensa había obligado al Presidente de la República y a Cabello, para entonces jefe del Poder Legislativo, a reconocer el triunfo de la oposición.
Escribieron notas, publicaron análisis, abrieron debates. La historia de que Padrino López evitó un 'fraude electoral', casi deja en segundo plano el hecho de que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó los comicios por una diferencia de más de 2 millones de votos, que le permitió alzarse con la mayoría absoluta de la Cámara.
La cúpula del chavismo se burló de esos comentarios. “Yo les voy a decir algo, señores de la amargura. Cuando aquí ocurra algo, ojalá que nuca pase, Vladimir Padrino y mi persona estaremos uno al lado del otro defendiendo esta Patria y la revolución bolivariana. No tengan ninguna duda de eso”, respondió Cabello.
El general en jefe debió pasar a retiro el pasado 5 de julio. Lejos de enviarlo a su casa, Maduro lo confirmó como ministro y comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada y, posteriormente, le confió la misión de derrotar la peor amenaza que enfrenta el proceso chavista: la escasez de alimentos y medicinas.
¿Y ahora?
Venezuela es un campo de batalla. En paralelo a la crisis económica, gobierno y oposición despliegan todas sus armas para controlar el poder. Por un lado, la MUD promueve la celebración de un referendo revocatorio. Por el otro, el oficialismo bloquea esa fórmula y busca activar un proceso de diálogo que le permita ganar tiempo y oxígeno. La comunidad internacional cada vez se involucra más en el conflicto interno.
En este escenario, el ascenso de Padrino López ha generado todo tipo de especulaciones. “ Padrino López es una especie de ‘oficial bisagra’. Se adapta a las desesperadas necesidades de Maduro y, a la vez, mantiene la apariencia de orden dentro de la Fuerza Armada”, sostiene la abogada Rocío San Miguel, directora de la organización civil Control Ciudadano y experta en el tema militar venezolano.
San Miguel estima que el actual ministro de Defensa “entiende el significado de los enormes peligros de una transición, pero también comprende sus oportunidades”. A su juicio, el principal desafío del general en jefe es “evitar un enfrentamiento” entre uniformados chavistas y opositores en el seno de la institución.
“Cometen un error quienes desde la oposición lo ven como un posible aliado, y desde el chavismo como un traidor”, apunta la portavoz de Control Ciudadano, quien recalca que amparándose en la figura de Padrino López, Maduro busca proyectar la idea “de que controla plenamente el poder”.
El capitán retirado Carlos Guyón recuerda que en 1980 tuvo al actual general en jefe entre sus alumnos. “Fue un excelente cadete”, asegura, quien participó en el golpe de Estado que Chávez encabezó el 4 de febrero de 1992, pero luego rompió con el fallecido comandante. “No me sorprende la evolución de Padrino López, siempre fue un buen oficial, está dentro de los mejores de su promoción”, subraya.
Sin embargo, más que hablar del pasado, Guyón prefiere fijarse en los retos que se asoman en el horizonte del ministro de Defensa. “Padrino López reconoce que la economía es un desastre y el único culpable de esa situación es Maduro. Ahora él está en un puesto desde donde puede ayudar a construir una historia a través de acciones y decisiones a favor del país, y no en perder el tiempo persiguiendo a empresarios”.