Los pobladores de Yalambojoch, una remota comunidad indígena del occidente de Guatemala , dieron este domingo la última despedida a Felipe Gómez Alonzo, el niño guatemalteco de 8 años de edad que murió la víspera de Navidad en un hospital de Nuevo México bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
Entierran en su pueblo natal en Guatemala a Felipe, el niño que murió bajo custodia de la Patrulla Fronteriza
Felipe Gómez Alonzo murió en un hospital de Nuevo México en diciembre, cuando estaba bajo responsabilidad de la Patrulla Fronteriza tras haber cruzado la frontera junto a su padre.

Los pobladores de la aldea efectuaron una vigilia a la luz de las velas, cubrieron con flores su pequeño ataúd blanco y luego lo llevaron al lugar de su descanso final. Catarina, su hermana mayor, escribió su nombre con un palo sobre una sencilla lápida de concreto. Varias mujeres con camisas y faldas bordadas sobre telas brillantes supervisaron las últimas honras fúnebres, ya que muchos de los hombres se fueron a Estados Unidos hace tiempo.
Catalina, su madre, dijo que a pesar del dolor al menos pudo recibir el cuerpo de su hijo y sepultarlo. Magdalena, la hermana del niño fallecido, dijo sentirse "muy triste" porque nunca había experimentado la muerte de un familiar cercano.
Catalina Gómez, otra hermana del pequeño, pidió que le permitan al padre de Felipe permanecer en Estados Unidos para que pueda trabajar y llevar dinero a la casa.
Felipe Gómez fue el segundo niño migrante guatemalteco en fallecer bajo custodia de Estados Unidos en diciembre, lo que desató temores de que las condiciones en las instalaciones de detención fuesen inadecuadas.
En los primeras días de diciembre la niña Jakelin Caal, también de origen guatemalteco y de 7 años murió dos días después de que la Patrulla Fronteriza la detuviera junto a su padre y otros 160 inmigrantes en Texas.

Felipe salió el 14 de diciembre junto con su padre Agustín Gómez, de 47 años de Nentón, en la provincia de Huehuetenango, considerada el mayor semillero de migrantes de Guatemala.
Los dos fueron detenidos en la frontera de México con Estados Unidos cuatro días después. De acuerdo con las autoridades migratorias estadounidenses, el niño estuvo bajo custodia de unidades fronterizas durante una semana y fue trasladado de una instalación a otra junto con su padre. El último lugar en el que el menor estuvo detenido, después de la primera de dos visitas al hospital el día que murió, fue un retén en una carretera en Nuevo México.
Las autoridades de Nuevo México informaron en diciembre que la autopsia practicada a Felipe a dio positivo a influenza.
La aldea donde nació Felipe, ubicada en una meseta y rodeada de montañas brumosas cubiertas de pinos, es un sitio de pobreza aplastante y falta de oportunidades, donde sólo hay una pequeña escuela, caminos de tierra intransitables durante la temporada de lluvias y viviendas rudimentarias sin material aislante contra el frío, pisos adecuados, agua corriente ni electricidad.
En la comunidad habitan familias que huyeron a México durante los años más sangrientos de la guerra civil en Guatemala, la cual se extendió de 1960 a 1996, pero regresaron tras la firma de los acuerdos de paz.
No hay empleos, y la gente vive de una exigua agricultura de subsistencia y del comercio local. Los habitantes dicen que el gobierno guatemalteco se ha hecho de la vista gorda ante su sufrimiento, queja que puede escucharse en otras localidades pobres del país.
Fue la extrema pobreza y la falta de oportunidades las que impulsaron al padre de Felipe, Agustín Gómez, a partir rumbo a Estados Unidos junto con el niño, ha dicho la familia. Otros de la comunidad han podido cruzar la frontera estadounidense con niños, así que dilucidó que tendrían la misma suerte. Felipe fue elegido porque era el hermano mayor.



















