Seis policías fueron abatidos este domingo al intentar repeler el ataque de un convoy de sujetos armados en el estado de Nuevo León, en el norte de México, informaron autoridades.
Grupo armado mata a seis policías en un ataque en el norte de México
El convoy de sujetos armados superaba en número y poder de fuego a los agentes policiales, informaron las autoridades. En el lugar de los hechos hay evidencias de que pudieron haber sido emboscados.
El enfrentamiento ocurrió alrededor de las 03:00 locales cuando policías de la llamada Fuerza Civil estatal respondieron al ataque de desconocidos fuertemente armados que viajaban en unas 10 camionetas blindadas "y que superaban en número a nuestros compañeros", informó la secretaría de Seguridad estatal.
"Lamentablemente seis elementos de nuestra corporación perdieron la vida en cumplimiento de su deber", agregó la institución en el comunicado publicado en su cuenta de Facebook.
Otros cuatro policías resultaron lesionados y reciben atención médica tras la agresión ocurrida en una carretera de la región norte de Nuevo León, limítrofe con Estados Unidos.
El despacho de Seguridad no detalló si los agresores pertenecen a alguna de las violentas organizaciones criminales que operan en esa región de México.
Ataque en Nuevo León: los policías pudieron haber sido emboscados
Las autoridades mexicanas presumen que los agentes policiales sufrieron una emboscada.
En el lugar de los hechos fue hallado un sistema artesanal ponchallantas, que al parecer provocó la volcadura de una de las patrullas.
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Según fuentes citadas por Efe, en el lugar de los hechos se localizaron dos camionetas blindadas, al parecer de los sicarios, las cuales fueron abandonadas en el sitio, donde también quedaron decenas que casquillos percutidos.
El gobernador estatal, Samuel García, expresó sus condolencias a las familias de los agentes caídos y aseguró, a través de su Twitter, que "se aplicará todo el peso de la ley a los responsables de este lamentable hecho".
Grupos delincuenciales disputan el control la región
Nuevo León, un próspero estado industrial del norte de México, ha sido escenario por años de la actividad de carteles del narcotráfico, con picos de violencia a inicios de la década de 2010.
Posteriormente y con el apoyo de diversos actores civiles, entre ellos las grandes empresas establecidas en ese estado, los niveles de violencia lograron reducirse gracias al reforzamiento y renovación de corporaciones de seguridad como la llamada Fuerza Civil.
Sin embargo, su vecindad con Estados Unidos y con entidades más violentas como Tamaulipas lo mantienen expuesto a la actuación de organizaciones de narcotraficantes como los carteles del Noreste, Jalisco Nueva Generación, los antiguos Zetas, y Cartel del Golfo.
Estos grupos criminales mantienen una disputa por el control de los estados del noreste de México desde marzo de 2010, conflicto que ha provocado más de 15,000 desaparecidos y miles de muertes.
La ola de violencia ligada a estas mafias ha cobrado la vida de más de 340,000 personas en México, según cifras oficiales, desde el lanzamiento en diciembre de 2006 de una polémica ofensiva militar para combatirlas.














