Brasil lleva padeciendo durante días unas de las peores inundaciones de la historia que han causado decenas de muertes y paralizaron una ciudad de cerca de 4 millones de habitantes.
Así luce el sur de Brasil tras las devastadoras inundaciones que han dejado más de 100 muertos
Según el Departamento de Defensa Civil de Brasil, al menos 100 personas fallecieron, 374 resultaron heridas y 130 están desaparecidas por las crecidas de ríos tras las lluvias torrenciales en el estado de Rio Grande do Sul.
Las lluvias y las inundaciones han afectado 425 de los 497 municipios del estado de Rio Grande do Sul y también el área metropolitana Porto Alegre, que ha quedado prácticamente aislada, con el aeropuerto y la estación de autobuses cerrados, y las carreteras principales bloqueadas debido a las inundaciones.

Según las autoridades, el nivel de las aguas tardará días en bajar debido a que fuertes temporales siguen afectando al país. Tan solo para el viernes se pronostican fuertes lluvias que seguirán provocando estragos en las zonas afectadas.
Según el departamento de Defensa Civil de Brasil, al menos 100 personas fallecieron, 374 resultaron heridas y 130 están desaparecidas por las crecidas de ríos tras las lluvias torrenciales en el estado de Rio Grande do Sul.

Un millón y medio de personas resultaron afectadas y más de 163,000 fueron evacuadas por el desastre climático, cuya violencia es vinculada al cambio climático por expertos y el gobierno brasileño.

El rescate de los damnificados ha sido una tarea difícil. Voluntarios con lanchas y jetskis recorren desde temprano las calles inundadas para rescatar gente que seguía atrapada en sus casas o que simplemente no quiso salir de ellas por temor a saqueos.
Pero cuando el agua apenas bajaba en algunas zonas, la lluvia volvió a caer este miércoles, lo que interrumpió las evacuaciones.

Las autoridades también insistían en el peligro de regresar prematuramente a zonas vulnerables y alertaban de la posibilidad de inestabilidad en los terrenos y de peligros para la salud, por las aguas contaminadas.
Pero pese al nuevo riesgo de crecida, muchos pobladores se niegan a dejar sus casas. Algunos podían verse en los techos de las humildes viviendas.

Los expertos en salud pública dicen que también existe un riesgo creciente de enfermedades ya que gran parte de la región permanece sumergida, y advierten que en particular los casos de dengue y leptospirosis —una enfermedad bacteriana— podrían aumentar drásticamente en unos días.

La Confederación Nacional de Municipios dijo que más de 61,000 viviendas resultaron dañadas o destruidas por el agua.
La necesidad más urgente es agua potable, pero también escasean alimentos y productos de higiene personal. Otros estados están movilizando camiones con donaciones con destino a Rio Grande do Sul.

Cinco de las seis instalaciones de tratamiento de agua de la ciudad no están funcionando y el alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo, ordenó el lunes que el agua se utilice exclusivamente para “consumo esencial”. Los negocios también han tenido escasez de agua.
Por otra parte, el gobierno federal anunció que importará 200,000 toneladas de arroz para garantizar el suministro y evitar especulaciones en el precio, dado que la región inundada abastece de más de dos tercios del arroz que se consume en Brasil.

Las inundaciones en Brasil se encuentran entre los fenómenos climáticos extremos que se observan en todo el mundo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó la pérdida de vidas en Brasil en un comunicado y subrayó que desastres como esos son "un recordatorio" de los devastadores efectos de la crisis climática.
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