Un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó este lunes "prisión domiciliaria" para el expresidente Jair Bolsonaro por incumplir una prohibición de usar redes sociales.
Tribunal Supremo de Brasil ordena arresto domiciliario del expresidente Bolsonaro, pese a amenazas y aranceles de Trump
La decisión más reciente del juez mantendrá al exmandatario bajo monitoreo con tobillera y solo se le permitirán visitas de familiares y abogados. Además, se le confiscarán todos los teléfonos móviles de su hogar.
Bolsonaro enfrenta un juicio en ese tribunal por acusaciones de liderar un intento de golpe de Estado para permanecer en el cargo a pesar de su derrota en las elecciones de 2022.
"La justicia no permitirá que un acusado la considere tonta, creyendo que permanecerá impune por tener poder político y económico", dijo el magistrado Alexandre de Moraes en su orden.
De Moraes consideró que el líder de extrema derecha, de 70 años, había violado las medidas cautelares que se le impusieron al publicar contenido en las redes sociales de sus tres hijos legisladores.
El juez agregó que Bolsonaro, que gobernó Brasil de 2019 a 2022, ha difundido mensajes con "un claro contenido de aliento e instigación a ataques contra el Supremo Tribunal Federal y un apoyo flagrante a la intervención extranjera en el poder judicial brasileño".
La decisión más reciente del juez mantendrá al exmandatario bajo monitoreo con tobillera, y solo se le permitirán visitas de familiares y abogados. Además, se le confiscarán todos los teléfonos móviles de su hogar.
¿De qué se le acusa a Bolsonaro?
Los fiscales acusan a Bolsonaro de dirigir una organización criminal que conspiró para anular las elecciones, incluyendo planes para matar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El juicio está recibiendo atención después de que el presidente Donald Trump vinculó directamente un arancel del 50% a los productos brasileños importados si las autoridades continuaban con el proceso en contra de Bolsonaro.
Trump ha dicho que los procedimientos contra el brasileño, a quien considera un aliado, son una “cacería de brujas”.
En respuesta, Lula reafirmó que Brasil es un país de leyes y rechazó cualquier intromisión externa. “Nadie está por encima de la ley, especialmente quienes atentan contra el Estado de derecho”, subrayó el mandatario izquierdista.
Decenas de miles de seguidores de Bolsonaro salieron a las calles el domingo en las ciudades de São Paulo y Río de Janeiro, pidiendo al Congreso de Brasil que lo perdone a él y a cientos de otros que están siendo juzgados por su papel en el vandalismo contra edificios gubernamentales en la capital Brasilia el 8 de enero de 2023.
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