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¿Por qué en la pubertad somos tan insoportables? No solo son las hormonas

Publicado 28 Sep 2020 – 02:30 PM EDT | Actualizado 28 Sep 2020 – 02:30 PM EDT
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La adolescencia es un periodo de cambios físicos, pero también los procesos internos juegan un papel importante. Existe una explicación por la cual nos volvemos insoportables que probablemente no conocías.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud ( OMS), la adolescencia es una de las etapas de transición más importantes en la vida humana que sucede entre los 10 y 19 años.

Durante ese tiempo, el cuerpo experimenta un ritmo acelerado de crecimiento y cambios físicos que marcan el final de la infancia y el inicio de la adultez.

Además de los granos en la cara, la aparición de vello o el crecimiento de diferentes partes del cuerpo, la adolescencia se caracteriza por ser un periodo de irritabilidad o inestabilidad emocional.

Los patrones de conducta adolescentes no se deben a una respuesta de una sola hormona, sino al proceso químico de varias de ellas en el cerebro.

De acuerdo con Megan Gunnar, investigadora de psicología de la Universidad de Minnesota, el cuerpo sufre cambios imperceptibles, pero importantes, que suceden en el cerebro y todo el sistema endocrino, que podrían tener relación con etapas tempranas de la vida.

El sistema endocrino es el encargado de regular las hormonas, que son sustancias químicas que regulan gran parte de las actividades del organismo; desde el crecimiento acelerado, hasta la regulación del hambre, sueño y las emociones.

Las hormonas no aparecen durante la adolescencia y después se van, sino que son parte importante de la vida de los seres humanos, pero durante ese periodo están más activas.

El estrógeno ayuda a la maduración de los órganos sexuales, la testosterona al crecimiento de vello y músculos, así como a la regulación de las emociones.

La producción de testosterona juega un papel importante en el cuerpo, pues sucede en el área prefrontal del cerebro, conocida como sistema límbico.

Antes de la adolescencia, los niveles de testosterona son muy bajos; conforme pasa la etapa, el sistema límbico se vuelve más activo y ayuda a los adolescentes a regular sus emociones.

Mientras el cuerpo y la corteza prefrontal ‘aprenden’ a estabilizar las emociones, el cerebro pasa por un periodo de confusión por la producción acelerada de testosterona y se vuelve complicado lidiar con esos cambios. Por eso a veces existe una respuesta emocional negativa en los adolescentes.

De acuerdo con Gunnar, el proceso hormonal también prepara al cuerpo para lidiar con el estrés o la toma de decisiones; no obstante, esas respuestas están asociadas a traumas de la infancia.

Según investigaciones de la psicóloga, si un niño o niña sufrió algún tipo de abuso o negligencia, desarrollará respuestas anormales durante la adolescencia.

Gunnar también sugiere que es en este periodo de vida cuando las respuestas emocionales pueden regresar a la normalidad, pero, mientras tanto, es una hipótesis de por qué las emociones no son las mismas en todos los adolescentes.

Es por eso que la OMS señala que las familias y comunidades en las que se desarrollan los adolescentes son pilares importantes para lidiar con los problemas y la adaptación física y emocional.

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