Padres y habitantes de Kendall, en el condado de Miami-Dade, se movilizaron en las calles para tratar de impedir que se muden a su área los agresores sexuales exconvictos que deben salir el 10 de mayo de un área cercana a Hialeah. Los manifestantes temen por la seguridad de los menores y afirman que hay al menos 15 expresidiarios registrados en el lugar.

Durante el segundo día de liberaciones en el juicio en contra del pastor Gregorio Martínez, el jurado escuchó detalles del abuso por el que lo acusan y pidieron escuchar, una vez más, el testimonio de la presunta de la víctima. El padre del acusado salió en su defensa.

La pequeña de 3 años fue llevada a un hospital de Bogotá, Colombia por un desconocido que alegó haberla encontrado abandonada. La madre de la menor la había dejado en un albergue clandestino mientras trabajaba como prostituta.

Según la denuncia, LAUSD tenía conocimiento del comportamiento del depredador sexual Ronnie Lee Roman, señalado por la violación de una estudiante autista de origen hispano. Además, le habrían ordenado a uno de sus funcionarios a dar un falso testimonio sobre lo sucedido.

Las autoridades indican que en esta área del condado han vivido por lo menos 20 personas durante más de un año. La zona forma parte de la jurisdicción del comisionado Joe Martínez, a quien le preocupa que los agresores sexuales muevan sus carpas al lugar desde Hialeah debido a que tienen hasta el 6 de mayo para mudarse.

Tavares Canty, quien estaba armado, era considerado como una persona extremadamente peligrosa. La policía de Miami agradeció la colaboración de la comunidad para dar con el paradero del hombre, quien es acusado de intentar secuestrar a una mujer y ese mismo día violar a otra en el Pequeño Haití. Los detectives investigan dos casos más que podrían estar relacionados con el sospechoso.